En un intento desesperado por desatascar las negociaciones entre demócratas y republicanos para elevar el techo de deuda pública de EE UU y evitar la mora o suspensión de pagos del país, el presidente estadounidense, Barack Obama, volvió a dirigirse ayer a los ciudadanos en una intervención pública para advertir a la población que, de no alcanzarse un acuerdo para ampliar el límite de endeudamiento antes del martes (fecha tope), el país se arriesga a caer en una «profunda» crisis económica.

El llamamiento de Obama a los estadounidenses para que presionen al Congreso en pos del pacto que desbloquee la situación («Si desean un enfoque equilibrado para reducir el déficit, que su miembro del Congreso lo sepa», dijo Obama, «Si cree que podemos resolver este problema a través del compromiso, envíe ese mensaje»), fue secundado por miles de contribuyentes. La centralita telefónica y las páginas web del Capitolio de EE UU recibieron ayer un aluvión de consultas de ciudadanos acerca del punto muerto en el que están las negociaciones. Los circuitos telefónicos de la Cámara de Representantes llegaron al borde de su capacidad, según «The Washington Post». La nueva directora gerente del FMI, la francesa Chrstine Lagarde, fue muy gráfica: «El reloj sigue sonando». Este asunto «claramente se tiene que resolver de inmediato», afirmó.

El acuerdo no parece sencillo, con la Cámara de Representantes de mayoría republicana y el Senado dominado por los demócratas.