El primer ministro dimisionario de Portugal, José Sócrates, aseguró hoy que no va a pedir el rescate de su país pese al agravamiento de las condiciones financieras y llamó a la oposición "irresponsable" por causar la actual crisis política.

El primer ministro hizo una breve declaración a los periodistas y subrayó que "el Gobierno no tiene ninguna intención" de recurrir a la ayuda externa y que ya había advertido de las graves consecuencias que tendría para Portugal el rechazo en el Parlamento de su último plan de ajuste económico.

Tras sufrir hoy el país la segunda rebaja de solvencia financiera desde la dimisión de Sócrates, la semana pasada, y una nueva subida de los intereses de la refinanciación de su deuda a cotas históricas superiores al 8 %, el primer ministro en funciones subrayó que la situación es, como previno, "aún peor".

Sócrates, cuya renuncia aún no ha sido formalmente aceptada por el jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, acuso a la oposición de abrir, por "avaricia" del poder, una "crisis política sin razón y sin alternativa" que ha puesto en peligro no sólo a Portugal sino a sus socios de la zona euro.

El primer ministro en funciones pidió, en alusión a la oposición conservadora que forzó su caída, que no "esconda hasta después de las elecciones" las propuestas para superar la crisis portuguesa para acabar con la inquietud que generó en los mercados el rechazo del programa del Gobierno.

"Tienen que mostrar lealtad con el pueblo portugués y con Europa", exigió Sócrates al censurar a la oposición que rechazara su plan de austeridad y no aclare ahora cómo espera cumplir las exigencias de Bruselas y los mercados.

Hay que reforzar la confianza de los mercados en Portugal y "quieren un compromiso sobre las medidas que se van a adoptar", subrayó Sócrates.

El principal partido de la oposición lusa, el Social Demócrata (PSD, centroderecha) al que las encuestas dan una amplia ventaja electoral por el desgaste socialista, optó por no abstenerse en la votación de la semana pasada en el Parlamento, al contrario de lo que hizo con los tres anteriores planes de ajuste, y tumbó el programa socialista con la izquierda marxista.

Sócrates, tras alegar que no podía cumplir los compromisos del país sin esas medidas, presentó la renuncia, como había reclamado ya el PSD.

Standard and Poor's, que el pasado jueves cortó dos niveles la nota de Portugal, poco después de que también lo hiciera la agencia Fitch, volvió hoy a rebajar su calificación a "BBB-" desde "BBB", sólo un escalón por encima de la consideración de bonos basura.

Tanto Standard and Poor's como Fitch cortaron la nota lusa tras la renuncia de Sócrates con el argumento de los nuevos riesgos que corre el plan de saneamiento financiero de Portugal y de que la crisis política complica aún más la grave situación financiera lusa.

Al anunciar la rebaja de hoy, Standard & Poor's advirtió además de que Portugal continua en vigilancia con perspectiva negativa que podría llevar a otro descenso de nota.

Como reflejo de la decisión de Standard and Poor's, los intereses que penalizan la deuda lusa a corto plazo subieron casi 25 puntos base y llegaron, en el caso de los bonos a dos años, al 7,67 %, mientras los títulos a diez años llegaban al 7,94 % y los de cinco años al 8,7.

El Banco de Portugal anunció hoy además una revisión a la baja de sus previsiones sobre la economía lusa y pronosticó una recesión del 1,4 % este año, un aumento de casi el uno por ciento del desempleo y una inflación del 3,6 %.

Pese al agravamiento de la crisis portuguesa, el jefe del Estado, Aníbal Cavaco Silva, mantiene abiertas hasta el jueves, sus gestiones para decidir si forma otro Gobierno con el Parlamento actual o convoca elecciones anticipadas, como piden ya todos los partidos.