El grupo de economistas que el año pasado difundió el llamado «Manifiesto de los 100» expresó ayer su temor de que la reforma laboral que pretende el Gobierno acabe siendo una decisión «descafeinada» y alertó de que, si los esfuerzos por cambiar el modelo productivo que impulsa el Ejecutivo —con el Plan de Economía Sostenible y otras medidas— no son acompañados con una reforma laboral profunda, la tasa de paro puede tardar más de una década en reducirse por debajo del 10%, que era la situación de 2007, previa a la crisis, cuando la economía española alcanzó el hito de reducir la tasa de paro hasta el 8% de la población activa. En un documento difundido ayer —un libro electrónico coordinado por los profesores Juan José Dolado (Universidad Carlos III) y Florentino Felgueroso (Universidad de Oviedo)—, este grupo de economistas asegura que, aun cuando la economía española volviera a tener un crecimiento intenso similar al registrado entre 1995 y 2007 (a una tasa media anual del 3% del producto interior bruto o PIB), «tardaríamos 10 años en reducir la tasa de desempleo al 10%» de la población activa. Y en el caso de que hubiera un cambio de modelo productivo —como se pretende— y que al tiempo se produjera un aumento de la productividad del trabajo —que es otra de las aspiraciones de la economía española para ganar en competitividad—, un crecimiento venturoso del 3% anual del PIB supondría tener que esperar 20 años para que España alcance la media de paro europeo, toda vez que los requerimientos de empleo por unidad de PIB serían menores a medida que se produzcan ganancias de competitividad.

Los autores del estudio sostienen, por el contrario, que este periodo se reduciría a 6,5 años si el reclamado cambio del patrón de crecimiento de la economía española (menor dependencia de la edificación, mayor capacidad exportadora, más componente tecnológico, producciones con mayor valor añadido, etcétera) se acompaña de una reforma laboral en línea con la que plantean estos economistas.

De esta forma, y según este colectivo, sólo una actuación conjunta en la que a las políticas que incentiven un cambio de modelo productivo se sumase una «reforma laboral integral» permitiría reducir la tasa de desempleo por debajo de los dos dígitos con relativa prontitud. En caso contrario, una reforma laboral «descafeinada», aun cuando fuese acompañada de otras medidas de modernización económica, sería, advierten, «escasamente efectiva para hacer frente a la dramática situación actual» del desempleo.

El grupo de economistas nucleado en torno al «Manifiesto de los 100» propugna cuatro línea de actuación: supresión de la dualidad entre trabajadores fijos y temporales con la creación de un contrato único para las nuevas contrataciones con una indemnización por despido que sea creciente en virtud de la antigüedad en el puesto de trabajo, la mejora de la protección por desempleo, modernizar la negociación colectiva y promover políticas activas de empleo realmente eficaces.