Ha pasado cerca de un mes desde la última vez que se enfundaron la camiseta pistacho del MMT Seguros y, quizá por ello, tanto Sebastián Ceballos como Facundo Cangiani expresaron ayer sus enormes ganas por volver a jugar con los "Guerreros de Viriato" y aportar su calidad desde los extremos, aunque sea frente a un rival tan duro y complicado como Grupo Covadonga.

El chileno y el argentino, recién llegados desde Francia tras disputar el Mundial con sus distintas selecciones, fueron ayer los protagonistas de la rueda de prensa previa al encuentro de mañana sábado en tierras asturianas. Un duelo que les exigirá el máximo, como lo hace un campeonato con las mejores selecciones del planeta, pero que se antoja bastante distinto a sus experiencias de los últimos días en tierras galas.

Sebas y Fafa regresan en buena hora a Zamora, ya que tanto Jortos como Adrián Prieto están "tocados" y Peli no podrá desplazarse hasta Asturias. Ambos llegan con gran ilusión por volver a pelear por el ascenso, un nexo común que une sus historias en el último Mundial. Vivencias que, como relataron, fueron bastante diferentes.

La cara amable del Mundial la vivió Sebastián Ceballos. El extremo chileno fue uno de los protagonistas de uno de los mejores campeonatos realizados por el combinado de Garralda en su historia, aunque tanto a él como a sus compañeros (Esteban y Rodrigo Salinas, Diego Reyes y demás chilenos) el sabor del torneo fue agridulce.

"Tras una gira por Polonia y visitar Suecia para medirnos y entrenar con su selección, comenzamos el torneo de muy buena manera ganado a Bielorrusia", explicaba Ceballos, añadiendo: "contra Alemania y Croacia sabíamos que era difícil hacer algo pero luego con Hungría, un equipo con jugadores de Champions, peleamos de tú a tú, lo que nos abría la puerta de los cruces". Unas eliminatorias a las que no llegaron porque, como declaró el extremo: "el partido que teníamos que ganar, ante una selección de nivel parejo al nuestro como Arabia Saudí, lo perdimos de uno y, en el otro duelo de la jornada entre Bielorrusia y Hungría se dio la sorpresa". Aún así, y pese "al bajó al ver que las cosas no se dieron como se tenían que dar y se volvía a quedar último de grupo", Ceballos destacó la "madurez del equipo para mejorar las posiciones respecto a mundiales anteriores" que le llevó a ganar los dos partidos restantes.

El chileno, destacado en su selección, reconoció que tras este camino llega "muy cansado" a Zamora, pero dispuesto "a pelear desde ya por asegurar la fase de ascenso o poder lograr el ascenso directo". Una meta en la que espera no pesen en próximas jornadas los siete partidos que ha jugado, cuatro de ellos durante los sesenta minutos.

Menos alegre y "más corta", como señaló el mismo, fue la experiencia de Facundo Cangiani con Argentina. El extremo inició el camino hacia Francia "en el torneo de Irún" donde se vio "cómodo y a buen nivel" y siguió contribuyendo en el resto de entrenamientos pero finalmente "el técnico me dejó en la reserva". Fafa explicó que "debido al sistema de juego, el seleccionador optó por el jugador con el que peleaba por el puesto pese a no estar físicamente al cien por cien" y eso le llevó a vivir "una experiencia bonita pero no tan satisfactoria" tratando de "colaborar desde las gradas" con la albiceleste. "Estar en un Mundial no es poco, pero de esta forma cuesta mucho", incidió.

Cangiani, a diferencia de Ceballos, llega "físicamente con mucha energía, pues aunque los viajes cansan uno se recupera en pocos días" y quizá aún más motivado que su compañero. "Mentalmente vengo con muchas ganas porque ver un Mundial desde fuera es duro, te comes la grada y te gustaría estar ahí en el pista. Es una experiencia que espero no volver a vivir y eso pasa por entrenar y jugar al máximo", razonaba el argentino, asegurando: "Tenía muchas ganas de volver a Zamora, de entrenarme y de volver a jugar". Una motivación que puede ser clave para el MMT Seguros ante uno de sus rivales más duros.