El MMT Seguros perdió ayer el derbi regional frente al BM Nava por un único gol de diferencia (21-22) en un partido marcado por la buena actuación del excancerbero pistacho Miranda y la desastrosa primera parte de los zamoranos, que intentaron compensar su imagen con una segunda mitad mucho más sólida. Una bipolaridad peligrosa, que no podrá permitirse en el futuro.

No hubo fin a la mala racha en el Ángel Nieto. Los "Guerreros de Viriato sumaron su cuarto partido consecutivo sin perder y dejó claro que no está listo para subir a la Liga Asobal. Ni mucho menos.

Los hombres de García Valiente volvieron a transmitir en casa las mismas sensaciones que hace más de un mes frente a Cisne BM. Incluso más preocupantes, ya que ayer fue mucho más evidente su falta de regularidad.

El MMT Seguros cuajó un primer tiempo para el olvido. Hasta el punto de resultar irreconocible para su público durante casi todos sus minutos. Y eso que, en esta ocasión, los pistacho comenzaron mandando en el marcador.

Parecía saltar concentrado y dispuesto a corregir sus últimos tropiezos pero el MMT Seguros se fue desinflando en un encuentro que comenzó con mucho ritmo. Sin locuras pero con defensas atentas y circulaciones de balón rápidas. Eso sí, también lo hizo sin apenas goles, ya que tanto Leo Maciel como Alberto Miranda se mostraron muy entonados.

Con el meta visitante haciendo gala de su conocimiento sobre el MMT Seguros, el buen arranque local tuvo escaso premio. De hecho, solo aquellos que no fueron sus compañeros (Molina y Abalós) vieron puerta en el primer cuarto de hora (3-4, m. 15).

BM Nava no se encontraba a disgusto sobre la pista del Ángel Nieto y, superado el tramo inicial, le buscó las cosquillas al conjunto de García Valiente. Un bloque en el que Molina trató de asumir galones pero que, salvo por el leonés y Guille, estuvo poco fluido en ataque.

Los peores minutos llegaron en el tramo final del primer acto. A los múltiples errores en la circulación de balón, pérdida tras pérdida, se una defensa desconectada, con despistes graves ante un rival que, amparado en Miranda, firmó un parcial de 0-3 con el que tomar ventaja y obligar a los locales a reaccionar.

Intentó espabilar a los suyos García Valiente con un tiempo muerto pero no lo consiguió. El intento de reacción duró menos de cinco minutos. Hasta el 6-6 que imperó en el marcador en el minuto 22. A partir de ese momento, el MMT Seguros desapareció prácticamente por completo para asombro de todos los presentes.

Acelerado en ataque y lento en defensa, el cuadro de Viriato fue presa fácil de un BM Nava cuya necesidad impulsaba su juego. Fue tal la diferencia entre ambos conjuntos que, por momentos, pareció simple "pasteleo" y algún que otro aficionado se acordó de que estaba jugando el Real Madrid.

En apenas cinco minutos, los segovianos se habían marchado por cuatro goles, dejando sin anotar a los locales. Al descanso, la renta era de cinco, con un único gol más de un MMT Seguros noqueado sobre el 40x20 (7-12).

La imagen de los pistacho, impoluta como local hasta hace poco, no era buena. Y no por ir por debajo en el marcador, sino por no ser capaz de luchar cada segundo. De transmitir el habitual coraje, su garra, en cada acción. La sensación, para muchos, era que las numerosas pérdidas de balón llegaban por falta de voluntad.

Con las rodillas sobre la lona y próximo a tumbarse, nadie esperaba ver al cuadro pistacho. A su versión habitual. Pero el descanso marcó por fortuna un punto de inflexión en el encuentro. Como si los jugadores recibieran energía de su cantera en la foto de club y encontraran su motivación.

Rabioso, con la intención de devolver el golpe, el MMT Seguros evitó desplomarse por completo y se puso en pie. Con fiereza, con orgullo, como si de Rocky o Maggie se tratara. El descanso marcó un antes y un después en el choque.

El cambio de actitud fue tan evidente que, del tímido murmullo, se pasó a los aplausos y el "si se puede" en la grada. El Doctor Jekyll mandó a paseo a su Mister Hyde y, en apenas dos minutos, volví a haber partido.

En el MMT Seguros ya no importaba el mal arbitraje, ni la baja de Octavio. Había actitud, pasión y gol. Tal fue la diferencia que, en tres minutos, los zamoranos anotaron la mitad de los goles que lograron en los quince minutos iniciales. Siete después, la cifra era la misma que con la que finalizó el primer tiempo (14-15, m. 40).

El cambio, sin embargo, acabó por no ser suficiente. Principalmente porque el BM Nava encontraba aire en las exclusiones locales o en los fallos que siguieron teniendo los locales. Menos, pero igual de bien aprovechados por los segovianos.

Aún así, el MMT Seguros llegó con sus opciones intactas al final (18-20, m. 52). Incluso cuando, con cinco jugadores, el BM Nava tiró de casta para relegar a los zamoranos a cuatro goles.

Pero, pese a los tantos de Jortos, Sandín o Molina, los visitantes manejaron los tiempos a la perfección y con un Miranda descomunal, héroe y protagonista del envite al detener el posible empate, se llevaron el partido (21-22).

Una derrota que deja una importante lectura para los locales: Sin el rasgo primordial en su juego, el lucha cada segundo -cosa que destacó el técnico adversario al término del choque-, y sin cierta regularidad, la fase de ascenso puede ser todo un sufrimiento. Porque, lejos de reinventarse, de evolucionar, el MMT Seguros mostró ayer una más que peligrosa bipolaridad.