El Real Madrid puede convertirse esta noche en la primera gran leyenda de eso que a los eruditos del balón les ha dado por llamar el fútbol moderno. Si los de Zidane ganan al Liverpool serán el único equipo que ha ganado tres Ligas de Campeones consecutivas -en el nuevo formato, se entiende-, con cuatro títulos en cinco años. Además, el club de Florentino Pérez se convertiría en el único en toda la historia que gana los dos grandes títulos continentales el mismo año en fútbol y baloncesto. Casi nada para chute de orgullo de media España y para cabreo y hastío de la otra media.

Y es que, como reconocen abiertamente en Barcelona, el doblete de Liga y Copa del primer año de la era Valverde en el Barça quedaría reducido a la más mínima expresión si el Real Madrid logra la "trécima" Orejona. De ahí que, en procesión, los culés hayan puesto velas a la Moreneta para que, como en 1981, los diablos rojos de Liverpool amarguen la noche a los merengues. Pero si el Real Madrid vuelve a demostrar que lo suyo es ganar partidos como el de hoy, bien harían los blancos en no caer en la autocomplacencia y que, ebrios de éxito, se olviden de lo ocurrido esta temporada. Y es que, aunque la tercera Copa de Europa consecutiva lo tape todo, al Real Madrid le convendría no olvidar el rídiculo que ha hecho esta temporada en las competiciones domésticas, tirando la Liga en enero y eliminado de la Copa por el Leganés.

Tras estos resbalones, comenzó el run rún de que muchos jugadores habían cumplido su ciclo. Principalmente son los casos de Bale y Benzema. El galés ha estado desaparecido toda casi toda la temporada hasta las últimas jornadas en Liga. Y al galo ya no lo protege ni su padrino Zidane. Pero claro, si, cosas del destino, a la parte prescindible de la BBC -la C, un año más, ha cumplido con su misión- le da por brillar en Kiev, ¿quién se atreverá a empaquetar al francés y al galo y enviarlos a otros destinos? Es más, ¿quién le va a decir no a Zidane con tres Ligas de Campeones en tres años si el técnico se niega a darle un revolcón al vestuario y desprenderse de algunos de sus favoritos? Ya se vió lo que ocurrió en diciembre con Kepa.

Y es que ganarlo todo también tiene su peligro. Aunque no tanto si el Real Madrid cierra el año sin títulos y a Pérez -muy comedido en las últimas temporadas y con dinerito fresco- se le calienta la mano y le da por volver a meterse a director deportivo y fichar todo lo que brille en el Mundial, Neymar incluido. Ufff... que miedito.