Fin de semana pleno de acontecimientos con Nadal recuperando el número uno tras un nuevo triunfo en Roma, (ya van ocho) saliendo de una difícil situación cuando iba 3-2 abajo en la tercera manga y beneficiándose de la suspensión por la lluvia. Zverev dobló el brazo sin argumentos: no pudo hacer ni un juego en la reanudación. Marc Márquez arrolló en Le Mans reforzando su liderato mundial en MotoGP. Y finalmente el Real Madrid cerraba la jornada dominical con un trabajado y brillante triunfo en Belgrado para traer la Décima Euroliga de baloncesto hasta Cibeles tras superar a un correoso Fenerbahce "made in Obradovic".

Se despidió también una leyenda, Iniesta, del Barcelona, pero no hay que quitar ningún foco a la otra despedida, de Xabi Prieto de su Real Sociedad de toda la vida. O sea "one club men", o lo que es lo mismo, quince años vistiendo de azul y blanco hasta poner este punto final elegante, como lo fue su fútbol. Y se fue igualmente el Niño que se hizo mayor, y que ya no da para los registros que exige Simeone, pero se fue como acostumbraba, con dos goles y haciendo un remake del aquel que valió una Eurocopa.

Y en esto llegó Lopetegui y removió el estanque, inevitable cuando hay que elegir un numerus clausus, y así se quedaron fuera Morata, que buscó fuera del Madrid la titularidad y el refuerzo de sus opciones mundialistas y al final entre lesiones e intermitencias se queda en tierra, y también Sergi Roberto o el mismo Mata, lo que deja a la Roja sin asturianos después de tanto protagonismo. No hubo sorpresas entre los centrocampistas, que es donde gira España, y sí versiones por duplicado entre los zagueros con mucha atención a las polivalencias. Si se avanza en Rusia, las amonestaciones aparecerán presumiblemente por ahí. Y todo nuevo arriba que es el verdadero crucigrama de Julen.

Pero por hablar de Rusia, no perdamos de vista Kiev. A la vuelta de la esquina.