El BM Zamora ha vivido unas últimas semanas difíciles. Ha perdido la categoría en Liga Asobal, ha visto como se le escapaba el ascenso a División de Honor Plata femenina y como sus juveniles regresaban de vacío de la final del Campeonato de España. Pero, sin duda, el día más duro tuvo lugar ayer cuando, en rueda de prensa, dos de los pilares que han llevado a la entidad a pelear por tan altas cotas anunciaban su despedida. Eduardo García Valiente y Peli dijeron adiós entre aplausos, lágrimas y abrazos, cerrando un ciclo de sus vidas que ha durado más de una década.

La marcha del extremo se conocía antes de iniciarse el acto, cuando todos sus compañeros entraron en la sala. Peli, acompañado por el presidente, se dirigió a los medios tras las típicas preguntas de rigor a su técnico sobre el partido del sábado. Un choque que quedó en claro segundo plano en cuanto llegó el turno para hablar del vallisoletano.

"Ha sido una decisión complicada pero creo que ha llegado el momento", confesaba Peli tratando de superar el nudo presente en su garganta para resaltar que se le hace "muy difícil trabajar en otra ciudad y compaginar eso con el balonmano" y que, lógicamente, eso evita "dar el nivel que la competición requiere y el club se merece" sobre la pista. Un motivo que hizo ayer poner punto y final a su etapa en el MMT Seguros.

"Hace 12 años tomé la mejor decisión de mi vida al decir que sí a la proposición del club para formar parte de este proyecto y hoy tomo la decisión más difícil de mi vida al poner fin a esa etapa de aprendizaje constante", declaró el extremo, dando las gracias "al club y toda la gente que lo rodea" porque, según afirmó, se marcha "siendo mejor persona que la que vino a Zamora".

Peli quiso dar las gracias a su familia "por su apoyo incondicional", a su pareja Sandra por aguantarle "en los días en los que la pelota no entra" y "entender todo el tiempo que el balonmano" roba a los jugadores. También quiso agradecer a Quintana, Iñaki y Arcel haber contado con él "para formar parte de esta familia que es el BM Zamora". Un agradecimiento que también hizo extensivo a Edu y Leo, por hacerle crecer como jugador, dándole facilidades consiguiendo que alguien para él "haya logrado jugar en Plata e, incluso, en la Liga Asobal con sus amigos". Palabras que hicieron aflorar una gran tristeza en un Ángel Nieto enmudecido por el adiós del jugador.

El "8" del MMT Seguros continuó su discurso de despedida dando gracias a "los jugadores y todas las personas que forman el club" por enseñarle "el significado de la palabra equipo", destacando a "Iñaki, Jortos, Octavio y Leo" por su amistad "con mayúsculas". Y, por último, conteniendo las lágrimas que otros fueron incapaces de retener, recordó a "todos los niños y niñas" que tuvo el privilegio de entrenar por enseñarle tantas cosas y transmitirle tanto cariño e ilusión. Calor que también recibió siempre de su afición "desde los incondicionales a los que se han sumado en los últimos años", brindándole siempre "un apoyo incondicional sin tener en cuenta el resultado". Ánimos imprescindibles en su carrera, como en este último año en el que "nunca hubo un pabellón en el que no hubiera una camiseta verde en la grada". A todos ellos, "a los que me han acompañado en todos estos años", Peli dedicó con solemnidad el cierre de su discurso antes de ser aplaudido por los presentes en el Ángel Nieto: "Me habéis hecho sentir orgulloso de ser un Guerrero de Viriato".

El adiós de Peli se había hecho efectivo y el nudo, antes en la garganta, era ahora una pesada bola de tristeza en el estómago. Pero, el mal trago, el sabor amargo, se iba a incrementar aún más.

A reglón seguido, Eduardo García Valiente seguía los pasos de su jugador. "Este será el último partido para mi como entrenador del BM Zamora", dijo el salmantino, que no pudo evitar ser presa de sus sentimientos a continuación.

"Es muy difícil reducir doce años de vida, no doce años de entrenamientos, en cinco minutos", indicó con voz aguda y ojos húmedos, asegurando que haber sido incapaz de escribir un discurso de despedida "hasta media hora antes" de la rueda de prensa.

El técnico quiso explicar que su decisión "nada tiene nada que ver con el resultado de la temporada". "No va de ganar o perder, ni de mantenerse o jugar champions, va de balonmano y de la vida", dijo para apostillar: "Mi ciclo aquí ha llegado a su fin". "Siempre he dicho que, cuando no pudiera dar el 200% lo dejaría y ese momento ha llegado. Creo que mi dedicación no puede ser todo lo grande que debe de ser para un equipo y un club como este", explicó, añadiendo con tono grave fuerza: "No podemos estar en los sitios por estar, tenemos que estar para ser y yo, ahora mismo, no puedo ser todo lo que quiero ser en este equipo. Por ello, es hora de dar el paso a un lado y dejar espacio para que el club pueda seguir creciendo".

El salmantino, aseveró que esta es "la mejor decisión posible a nivel deportivo para el club" y que, en gran medida, se marcha porque esta temporada le "destrozó por dentro". "La competición me ha podido y me ha superado en todos los aspectos. Me ha convertido en una persona distinta a la que soy o la que quiero ser", afirmó, para confesar: "Todo lo que rodea a la Liga Asobal, en ciertos aspectos me ha hecho mucho daño. En ciertos momentos, me ha costado seguir al pie del cañón y por ese motivo tiene que entrar gente nueva que, con ilusión, puedan hacer crecer al club y dirigir este equipo mejor que yo".

De nuevo con lágrimas en la cara, los presentes escucharon a Eduardo García Valiente reconocer que para él, "el balonmano es una adicción" y que le será "muy difícil dejarlo" pero que es incapaz de "exigirle a mi familia otro esfuerzo como el que ha hecho este año". "Sería egoísta por mi parte querer seguir a toda costa y perjudicaría al club y a mi familia", argumentó, para añadir: "No me retiro del balonmano pero necesito dejar de entrenar un año o dos porque, si sigo, "cascaría"".

El técnico aseguró que se marcha tranquilo "porque el club cabalga a lomos de la mejor gente posible. Humilde, desinteresada y trabajadora" y que eso le ayuda a tomar su decisión pues "la entidad crecerá" pese a su marcha.

El salmantino, prosiguió su adiós rompiendo a llorar al pedir disculpas a "jugadores, técnicos, directivos y familiares" que haya podido ofender en estos años. "Lo que peor he llevado siempre es poder hacer sentir mal en el plano personal a alguien por mis actos", dijo desconsolado, antes de cerrar su discurso con los agradecimientos que completaron su despedida.

"Seguro que me dejo gente", intentó bromear García Valiente antes de recordar a Jose "con el que empecé esta aventura" y sin el que no hubiera venido a Zamora desde Salamanca. "Sin él no habría dado el paso y fue, sin duda, la mejor decisión de mi vida", confesó.

"Zamora y su afición me acogió desde el primer día y me he sentido siempre respaldado por todo el mundo. Es espectacular pensar en como se ha pasado de ver a veinte personas en el Camba a llenar el Ángel Nieto. Con aplausos, con críticas pero siempre con cariño y deseando lo mejor al equipo", recordó con una sonrisa entre tanta lágrima. Aunque no tardó en volver a encogerse el corazón del charro, pues a continuación quiso dar las gracias a la directiva, a Agustín, Juanje "por su paciencia y ayuda desinteresada", y García Valiente no pudo evitar volver a llorar, indicando: "Quizá no seremos los más profesionales del mundo pero sí lo s que mas queremos este deporte".

Por supuesto, García Valiente tuvo palabras para sus jugadores. "Para todos los que han estado en estos años" bajo sus órdenes, dando las gracias porque en más de una década "los momentos malos o desagradables se cuentan con los dedos de las manos". "Habéis formado mi carácter y el entrenador que soy, lo soy por vosotros. Gracias a los que apostasteis por venir aquí para seguir creciendo, espero haber devuelto un poquito de toda esa confianza", expuso el técnico destacando a Ceballos, "que con su trabajo y su personalidad se ha hecho un hueco en el vestuario"; a Octavio Jortos y Peli "las tres personas que mayor influencia han tenido en todo lo que ha pasado para bien o para mal en el equipo"; a Iñaki "porque es el que más ha tirado del carro y sacrificado" como jugador" y al resto de los que llevan años en el club "por su trabajo y esfuerzo", antes de terminar su intervención con unas palabras que captan su filosofía y la de un club que ayer vivió el final de un ciclo del BM Zamora, un club exitoso bajo su mando: "Pensamos en los goles y los puntos para valorar carreras o temporadas, pero hay mucho más. Nos juzgarán porque la pelota entre o no entre pero. la historia que hemos escrito y que se seguirá escribiendo aquí, está por encima de todo".