Fernando Alonso, doble campeón mundial de Fórmula Uno, debutó ayer en el Mundial de Resistencia (WEC) con una exhibición que le sirvió para ganar las Seis Horas de Spa, la primera prueba del campeonato, que se disputó en el circuito de Spa-Francorchamps (Bélgica) y se resolvió con gran emoción.

Alonso, de 36 años, campeón del mundo de F1 en 2005 y 2006 (con Renault), se impuso, en la categoría principal, la LMP1, a bordo de un Toyota TS050-Hybrid, formando equipo con el suizo Sebastien Buemi y el japonés Kazuki Nakajima en una prueba que dominaron de principio a fin, pero que se resolvió por tan sólo segundo y medio.

El español no subía a lo más alto de un podio desde hace casi cinco años, cuando se impuso al volante de un Ferrari F138 en el Gran Premio de España, en el Circuito de Cataluña, en la que fue su 32ª y, hasta la fecha, última victoria en la Fórmula Uno. Una competición que curiosamente disputará dentro de ocho días, tras poder reinar por primera vez en Spa donde hasta ayer nunca había ganado.

El equipo de Alonso completó un total de 163 vueltas y ganó la prueba por delante del otro Toyota, el del inglés Conway, el japonés Kobayashi y el argentino "Pechito" López, al que superaron en un final no apto para cardiacos, en el que el bicampeón español de F1 volvió a demostrar su enorme talento.

Integrando uno de los dos equipos del Toyota Gazoo Racing -el del coche 8-, Alonso añadió un nuevo éxito a su más que sobresaliente palmarés en una cita en la que partía desde la segunda plaza de la parrilla, que acabó por liderar antes de la prueba por un error burocrático del "otro" Toyota, que fue sancionado y salió desde el "pit-lane". Penalización que le llevó a salir con una vuelta de desventaja, tardando tres horas en tomar la segunda plaza.

Buemi, campeón del mundo de resistencia en 2014 y el más experimentado del equipo de Alonso en esta categoría, amplió la renta para hace la primera parada en la vuelta 18 con seria ventaja. Una distancia que Alonso incrementó a los dos minutos antes de que Nakajima se subiese al híbrido en el 73º giro.

El nipón calculó mal y efectuó un trompo a la salida de La Source que provocó que su compatriota Kamui Kobayashi se acercase a 50 segundos.

Alonso a tomar el volante del Toyota en la vuelta 131 y, de ahí, condujo hasta el final fruto de sus ansias de victoria. Un espírituo competitivo que resultó clave, junto a su gran talento, en un triunfo que tuvo que pelear hasta el último suspiro tras perder el minuto de ventaja que tenía con la entrada en pista del choque de seguridad por un accidente del ruso Isaakyan. Un final de vértigo en el que Conway azuzó todo lo que pudo a Alonso que logró mantener a raya al inglés con maestria.

"Estoy encantado", afirmó exultante el piloto español tras la carrera, afirmando que fue "un debut genial" para él. "El trabajo del equipo ha estado sensacional. Fuimos primero y segundo en la calificación y hemos acabado primero y segundo hoy. Estamos listos para las 24 Horas de Le Mans", concluyó.