Sin apenas tiempo para recuperarse de los esfuerzos de la Vuelta a Castilla y León, Jaime Rosón está ya en Romandía para hacer frente a una prueba en la que se darán cita muchos de los hombres fuertes del Tour de Francia pero también otros tantos corredores que ya están afilando su punto de forma para llegar al Giro de Italia en plena forma.

Romandía, como es habitual, espera a los corredores con mucha montaña y puertos de pendientes no excesivas, suficientes para ver ataques y mucho movimiento. Es la fórmula que desde siempre propone Romandía, a mitad de camino entre las clásicas de primavera y el inminente Giro de Italia aunque este año sin finales en alto, lo que minimiza las opciones del zamorano de cara a hacer una gran clasificación general o incluso luchar por llevarse alguna etapa.

Friburgo será el punto de partida de esta edición de Romandía con un duro prólogo con bastante adoquinado y rampas de hasta el 10% de desnivel en la parte final y con el que se abrirá una ronda donde los hombres rápidos tendrán dos oportunidades para llegar al sprint, aunque mañana deberán superar dos puertos de segunda antes de jugarse la etapa en la "volata" final en Délemont.

La general comenzará a aclararse en una llamativa cronoescalada de 10 km con un desnivel medio por encima del 8%, y se decidirá a buen seguro en una etapa reina con apenas 149 km y nada menos que cinco puertos: Ovronnaz (1ª), Vercorin (1ª), Nax (2ª), Suen (2ª) y Collons (1ª), coronado a 28 de meta donde Rosón intentará dar su mejor versión antes de una etapa final que se jugará al sprint o con una fuga.