El Sevilla y el Barcelona disputarán hoy en el Wanda Metropolitano (21.30 horas / TVE) la 113ª final de la Copa del Rey, a la que el equipo andaluz se presenta como último obstáculo para el doblete del club azulgrana y donde ambos partirán con sus respectivos equipos de gala para revivir el apasionante duelo de hace dos años en el Calderón.

El "Rey de Copas", ganador de las tres últimas de forma consecutiva, tiene además el aliciente de alcanzar la cifra redonda de 30 trofeos en su competición predilecta. En Vigo, donde jugaron el último partido de Liga (2-2), Ernesto Valverde dio descanso a casi todo su equipo titular. Messi solo jugó la última media hora y otras piezas importantes como Luis Suárez, Iniesta, Piqué, Alba o Umtiti ni siquiera llegaron a saltar al campo, igual que los mermados Busquets y Rakitic.

Los dos centrocampistas, titulares indiscutibles para el "Txingurri", han recuperado sus respectivos problemas físicos y también serán titulares, por lo que el Barça llegará con toda su artillería a punto. Con diez jugadores prácticamente fijos en las alineaciones durante toda la temporada -salvo el cambio de portero habitual en la Copa-, parece que será Coutinho, cada vez más afinado, quien complete el once en detrimento de Paulinho u Dembélé, que anotó en Balaídos su primer tanto en Liga.

Tras eliminar a Murcia, Celta, Espanyol y Valencia, el Barça, que solo ha perdido cuatro partidos en toda la temporada -los dos de Supercopa de España, un duelo copero con el Espanyol y el de Roma- quiere imponer sus favoritismo, aunque llega avisado por el peligro del Sevilla en sus dos precedentes ligueros de esta temporada. En la ida, en el Camp Nou tuvo que salir al rescate Alcácer con un doblete (2-1), mientras que en la vuelta fue Messi quien se encargó de conservar la imbatibilidad de un Barça que perdía por 2-0 en el minuto 87 y que marcó dos goles en menos de un minuto.

También fue muy emocionante la final de Copa de hace dos años, en la que hubo que llegar a la prórroga, donde marcaron Alba y Neymar (2-0). Salvo el delantero brasileño, el Barça mantiene la columna vertebral de aquel equipo, no así el Sevilla, donde presumiblemente solo repetirán alineación respecto a aquel día Escudero y Banega.

El equipo entrenado por Vincenzo Montella atraviesa un mal momento y lleva más de un mes sin ganar, desde su histórica noche en Old Trafford (1-2). En la Liga encadena seis jornadas sin triunfo y ha caído a la séptima posición, por lo que ganar esta Copa es su camino más rápido para asegurar su presencia en la próxima Liga Europa.

Tras el empate del martes en A Coruña, el técnico italiano concentró a su plantilla en Marbella para evitar 'distracciones' con la Feria de Abril y centrar todas las energías en conquistar la sexta Copa del club y primera desde 2010, cuando superó en la final al Atlético de Madrid (2-0) con goles de Capel y Navas, único superviviente de aquel precedente.

Unos 3.200 efectivos velarán por la seguridad en la primer final en la historia del Wanda Metropolitano, que se estrena en estas lides como aperitivo a la final de Liga de Campeones que acogerá en 2019. Hay más de 600 periodistas acreditados y más de 150 países recibirán la señal de televisión de un partido donde el fútbol quiere volver a imponerse a la política.