Jugar a no perder y a poner el Alsa delante de la portería no suele ser una buena solución en el Bernabéu, salvo que seas un tal Simeone y tengas a un árbitro que, como es habitual en el estamento arbitral español, se coma dos penaltis en el área del Atlético de Madrid. Porque lo del Cholo es para hacérselo mirar. Se le va a terminar conociendo como el entrenador del antifútbol, como a Antonio Conte, el del Chelsea. Ganarán títulos, empatarán partidos, pero la vitola de fútbol mezquino se la habrán ganado a pulso.

Con todo esto, sobre el verde del Bernabéu ayer sólo hubo un equipo que quiso jugar y jugó, porque enfrente sólo apareció un grupo de leñadores liderado por un superclase francés (¿aceptarán un cambio los atléticos entre Griezmann y Benzema? Igual pican, aunque no creo). Un triste empate que sólo le sirve al Barcelona.

Claro que si hablamos de árbitros no podemos obviar al rey de los trencillas, al emperador de los despachos, el califa de los de negro, o sea, el Barcelona. El miércoles con la Roma jugó con 13, sí señores, con 13. Es decir, el árbitro que no le pitó dos penaltis en contra y otro jugador que ha aparecido de la nada este año y que se llama Enpropiapuerta (ya me han leído cositas sobre él). La pregunta es: ¿por qué jugó con 13 si la Roma era el más flojo del bombo? Muy fácil, porque cuando Cristiano Ronaldo enganchó esa chilena a la altura de 2,38 metros en Turín, los culés comprendieron que el mejor del mundo ya estaba aquí y volvía a morder de verdad y que, por lo tanto, no sólo iban a necesitar a Aytekin y a Ovrebo sino que de aquí hasta el final las ayuditas deben ser continuas. Y si no, al tiempo. Por ejemplo, ¿nadie ha notado que al Madrid le pitan penaltis a favor desde que el Barcelona está líder destacado en la Liga?

Pues así ocurre pero, bueno, los madridistas estamos felices aun con todo eso por muchas cosas, pero principalmente porque el equipo ha cogido la onda, porque el Barcelona tiembla, porque la Juve (toco madera) parece que ya es historia, porque el equipo inglés ese que entrena Josep Guardiola está casi fuera de la Champions. En este punto me alegro especialmente porque me da palo que triunfe el equipo de un señor que ha llamado represores y fascistas a los españoles, tanto si lo ha dicho como si con sus gestos y apoyo asume lo que se dice.

Pero, sobre todo, me alegro del gol de chilena de Cristiano Ronaldo. Yo, que no he visto jugar a don Alfredo Di Stéfano, ya tengo mi nuevo icono como mejor madridista de todos los tiempos. Ese portugués qué bueno es.