Un disparo al larguero, otro a la cruceta y un gol anulado de forma injusta y que debió subir al marcador. Esos fueron los principales, y válidos, argumentos del Zamora CF para haber sumado tres puntos, pero lo cierto es que los rojiblancos se vieron condenados a un empate sin goles ante el Almazán, un plantel que apenas tuvo ocasiones de peligro durante los noventa minutos en el Ruta de la Plata.

Más allá del resultado, el partido no pudo tener un peor inicio para los locales y es que tan solo habían transcurrido siete minutos cuando Javi Rodríguez pedía el cambio al sentir un pinchazo en el abductor y, por precaución, prefirió retirarse. Mientras, en lo meramente futbolístico, el Zamora fue de menos a más, algo que ya es un habitual. Así, no se vio ninguna ocasión reseñable en los primeros veinte minutos, salvo una buena falta que botó Carlos Ramos y dio en un defensa, en un inicio igualado y, de nuevo, con poco público en las gradas. Enfrente el Almazán trataba de sorprender a la contra, pero tampoco estaba llevando peligro a la portería que en esta ocasión defendía Berlana.

Poco a poco los rojiblancos fueron asentándose y mejorando su rendimiento e imagen en busca de un primer gol que tuvo Yon, en una buena ocasión tras un centro de Adrián, y que también se le escapó a César Simón que estrelló el balón contra el larguero tras un buen cabezazo. A partir de ahí, los sorianos quisieron dar un paso al frente y Kamate estuvo cerca de adelantar a los visitantes, aunque Berlana, con una mano salvadora, evitó lo que pareció ser un gol claro.

Ya con los primeros 45 minutos cumplidos fue Dani Hernández, que fue diana de faltas y entradas rivales, quien tuvo en sus botas una gran ocasión, una falta que estrelló en la cruceta y con la que ambos planteles enfilaron vestuarios.

Con la reanudación el Zamora mantuvo el nivel y quiso sorprender al rival. De nuevo lo intentó Dani Hernández en una gran jugada personal, pero, una vez más, fallaba ese último envite. Los locales lo intentaban, y ahí se encontraban, una y otra vez, con la mala fortuna o una defensa rival que desbarataba cualquier opción. Con cada vez más paradas e interrupciones continuaba el encuentro, a la espera de una jugada que terminase por inclinar la balanza, y eran los locales los que se lo estaban mereciendo. Al Zamora se le veía más entero para afrontar la recta final y de eso se tenían que valer ante un equipo al que le empezaba a faltar gasolina.

Así, en el minuto 80, llegó la polémica, un gol de Iñaki Eguileor que cruzó la línea por completo antes de que la sacara un defensa, pero la asistente, de forma incomprensible, anuló al considerar que no había entrado. Ese hecho no hizo más que incrementar la tensión que se empezaba a vivir en el campo y aun así el equipo lo intentó hasta el último momento, aunque sin recompensa. Al final, un punto que impidió al equipo brindar una merecida victoria a la afición y que hace crecer la impotencia y frustración de una plantilla rojiblanco que, al menos ayer, sí mereció más.