De niños y adolescentes, Luis Cano "Peli" y Jorge Martín "Jortos" vivieron el crecimiento del extinto Balonmano Valladolid desde la grada de Huerta del Rey. Era el preludio de los años de gloria de un club que llegó a ganar la Copa Asobal, la Copa del Rey y la Recopa de Europa. Pero el sueño deportivo de aquellos dos jóvenes estaba fuera de Pucela. Concretamente, en una ciudad vecina que vio nacer la pasión por este deporte, en el amanecer del nuevo siglo, de la mano de un equipo que, paso a paso, sin perder su identidad y amparado en un núcleo duro que ha sobrevivido al paso del tiempo y de las categorías, se ha plantado en la Liga Asobal.

Peli y Jortos son dos de los hombres que han protagonizado una gesta que habrá que contemplar con la perspectiva necesaria cuando pase el tiempo preciso. Ahora, la actualidad manda y los dos chicos de Valladolid, pasada ya la treintena, solo piensan en sacar los dos puntos ante el equipo de su tierra para dar otra zancada hacia la permanencia. El club que visita este sábado (16.30 horas) el Ángel Nieto no es el mismo que el de los años de gloria. Refundado en el Atlético, el cuadro pucelano busca armar de nuevo la historia, de momento instalado en la zona media de la tabla.

Más necesidad tiene un MMT Seguros que vive donde esperaba, en el alambre, peleando a degüello por cada punto en un campeonato en el que está obligado a ir con el gancho: "Afrontamos el derbi casi a vida o muerte. El partido es en casa y lo tenemos que sacar", señala Peli, que compagina el balonmano con el trabajo en una fábrica de neumáticos en Valladolid: "Ellos son un equipo que se nos da mal, pero en el Ángel Nieto...", apostilla.

En la misma línea se expresa Jortos, el capitán de la nave pistacho, el bombero que cuadra los turnos para poder ponerse al frente de su equipo en las batallas de Asobal: "Más que lo sentimental, es importante ganar. Tenemos ahora este partido y el de Cangas y toca sumar porque después vienen los Granollers, Barça y demás que serán más complicados", analiza el lateral.

Curiosamente, ese tramo a priori más complejo supuso el despegue del MMT Seguros en la primera vuelta. La derrota en Huerta del Rey constituyó el preludio de una racha que sacó a los hombres de García Valiente de la zona de descenso. No han vuelto a entrar: "No nos fijamos en la primera vuelta porque la situación no tiene nada que ver", comenta Jortos, que no hace hincapié en el famoso artículo publicado en la prensa vallisoletana que, de tanto denostar al MMT Seguros, terminó espoleando al equipo y a la afición.

En ese sentido, Peli indica que no sabe si aquello tuvo algo que ver: "Quizá, sirvió para sacar el orgullo y la garra", comenta el extremo pistacho, que recuerda "todo el apoyo de la gente de Zamora y de la que no es de Zamora". El resultado, una apisonadora ante Cangas y el inicio de una colección de víctimas entre las que se encuentran algunos ilustres, como el Balonmano Guadalajara o Anaitasuna.

Como su compañero, tampoco Peli percibe demasiada emotividad en el envite. No al menos por el hecho de medirse al equipo de su tierra: "El partido de ida más, porque lo juegas en Huerta del Rey, que es donde ibas de pequeño", resalta el extremo. "Si lo piensas, jamás hubiese imaginado medirme en Asobal al Valladolid. Y menos con Zamora", reconoce Jortos, que recuerda bien la etapa del técnico visitante, David Pisonero, como uno de los héroes del cuadro pucelano: "Incluso, llegué a entrenar alguna vez con él cuando se recuperaba con los juveniles de la lesión que tuvo", añade el "10".

La pizarra rival será, evidentemente, uno de los factores a tener en cuenta, como lo será la grada pistacho, cada vez más implicada en una causa que engloba a la plantilla, al cuerpo técnico, a la directiva y a toda la masa social que compone la familia del Balonmano Zamora: "El apoyo está siendo mayor si cabe en la segunda vuelta. Es una pasada y lo notamos mucho", elogia Peli.

En su caso, Jortos lamenta el cambio de hora: "Si fuera a las siete, habría lleno seguro, pero aun así seguro que va a estar prácticamente a reventar", aventura el capitán, que da por hecho el desembarco de una afición visitante dispuesta a empujar a los suyos hacia un buen resultado que les deje totalmente tranquilos.

Precisamente eso, el resultado, es lo que está en el aire. No así el sentimiento de dos hombres que llegaron a la ciudad hace más de una década y que ya se sienten "más zamoranos que vallisoletanos". "Zamora y el Ángel Nieto son mi casa", insiste Peli, de vocación "Guerrero de Viriato". Como Jortos, más del pastor lusitano que de Felipe II.