Celta y Málaga firmaron esta tarde en Balaídos uno de los partidos más soporíferos de la temporada (0-0). Los vigueses fueron incapaces de generar peligro durante más de una hora de juego y acumularon sus pocas aproximaciones en la recta final, en la que los celestes fueron mejores, estrellaron un balón contra la madera y perdonaron una ocasión clarísima de Aspas. Aunque finalmente pudieron haberse quedado con cara de tontos si la madera no hubiese rechazado en el descuento el único lanzamiento peligroso de los andaluces en todo el encuentro. Con este punto, este Celta que cayó en la ida en La Rosaleda, se ha dejado ante el colista cinco puntos. Además, un sector de Balaídos despidió a la escuadra celeste entre silbidos.

El partido empezó con dos sobresaltos para el plan inicial de Juan Carlos Unzué. Emre Mor, titular en los últimos tres partidos, se quedó en casa por un proceso gripal. Por otro lado, Rubén Blanco sufrió una lesión en el tendón de Aquiles durante el calentamiento. Por ese motivo tuvieron que formar de inicio Rubén Blanco y Pione Sisto. También fue de la partida Brais Méndez en detrimento de Radoja respecto al choque de la semana pasada en el Metropolitano.

En estos mimbres pitó el árbitro el inicio del encuentro. Sin embargo, el Celta parecía seguir en la calle Príncipe inaugurando su nueva sede. No hubo rastro del equipo celeste en el campo del Málaga durante la primera mitad. Los de Unzué no consiguieron disparar entre los tres palos y solo lograron colgar un par de centros que no encontraron rematador. Del equipo boquerón tampoco hubo señales de vida. Los andaluces apostaron por jugar con mucho orden, con las líneas bien juntas y aprovechar la velocidad del 'Chory' Castro para salir a la contra. Pero la falta de calidad del Málaga en los últimos metros fue clave para que Sergio Álvarez apenas pasase apuros durante el encuentro.

La segunda mitad empezó como la primera, pero por suerte para los algo más de 17.000 espectadores que acudieron esta tarde a Balaídos el Celta consiguió encontrar su ritmo. Entraron Radoja y Boyé por Brais y Sisto y el equipo lo notó. Pasada la hora de partido un latigazo de Iago Aspas desde la frontal espabiló al equipo. El zurdazo cruzado del moañés lo despejó Roberto con una gran parada.

El Celta siguió volcando su juego por la banda de Aspas. Otra jugada personal del internacional español volvió a obligar a intervenir al guardameta visitante cuando el atacante celeste intentaba colarle el balón entre las piernas. Un minuto después, tras un saque de esquina, Sergi Gomez remató en el segundo palo contra el palo derecho de la portería del Málaga y diez minutos después Aspas, de manera incomprensible, perdonó la ocasión más clara de todo el partido. El 'diez' del Celta, a puerta vacía, le pegó mal con la pierna mala a un centro de Maxi y la pelota salió fuera.

Sin embargo, un empate que al Celta no le sirve para nada en su lucha por Europa a punto estuvo de convertirse en una derrota en el tiempo de prolongación. Con los celestes concentrados en encontrar el tanto de la victoria, Keko se coló por la banda derecha y asistió en la frontal a Lestienne. El futbolista del Málaga, de primeras, remató contra el palo de la portería de Sergio. Esto terminó de enfadar a un sector de la grada, que despidió a su equipo con algunos pitos. Europa se aleja y la sexta posición ya se escapa a seis puntos.