El ciclista zamorano Jaime Rosón fue uno de los grandes protagonistas de la etapa al escoltar a su jefe de filas, Mikel Landa, para que este entrara en el pelotón de favoritos y accediera, de forma provisional, hasta el podio que tratará de defender en la contrarreloj del martes.

Rosón, quien trabajó en la subida final para poner un ritmo duro y disminuir el grupo de favoritos que pudieran pelear por la etapa, finalizó en octava posición, junto a Mikel Landa y el resto de los capos de la ronda italiana, lo que le permite ascender hasta la décima posición de la clasificación.

Mañana los ciclistas tendrán una etapa llana, con posibilidades para los sprinters o para una fuga, antes de que la contrarreloj final decida el ganador de la Tirreno Adriático con Kwiatkowski como gran favorito al alzarse hoy con el liderato.