Jaime Rosón subió ayer por primera vez al podio con la camiseta del Movistar tras situarse como líder de la clasificación de corredores jóvenes en la tercera etapa de la Tirreno-Adriático en la que llegó a la meta con los mejores corredores mundiales, entre ellos Chris Froome, que se clasificó por detrás del zamorano.

Fue una etapa larguísima de 234 kilómetros que, como estaba previsto, se decidió en los últimos 15 kilómetros en los que había dos pasos por el Muro de Trevi, una ascensión dura de unos tres kilómetros. Rosón y Andrey Amador fueron los encargados de llevar bien situado a la primera ascensión a su jefe de filas, Mikel Landa, y no tuvieron mayores problemas para mentenerse entre los mejores corredores del World Tour que se han dado cita en la carrera italiana.

La carrera se decidió con el ataque a mitad de la última subida protagonizado por Primoz Roglic (TLJ) que sorprendió al Sky y al resto de favoritos e incluso a Adam Yates (MTS) que intentó alcanzarle sin éxito.

Por detrás, Mikel Landa cruzaba la meta en la sexta posición, y escasos metros después Jaime Rosón en el puesto 11º que vuelve a demostrar, como ya lo hizo en el Algarve que está ya entre la élite de los escaladores mundiales.