Después de una semana complicada tras la derrota ante la Arandina la plantilla del Zamora CF ya está totalmente recompuesta y sabiendo que la mejor medicina para curar sus heridas es la de la victoria. Así lo piensa el entrenador, Carlos Tornadijo, quien admitió que sus jugadores estaban "muy tocados" y es que las ha tocado vivir la parte más amarga de este deporte. "El fútbol tiene dos caras y ahora ha tocado vivir la parte negativa. Es verdad que hay mejoría en el juego, pero todavía queda mucho y hay que continuar trabajando". Así se expresó el rojiblanco que insistió en que sus pupilos cumplen con la faceta defensiva, mostrándose sólidos, pero también confesó que en el aspecto ofensivo quedan cosas por mejorar. "Hay que generar más. Más fútbol, más ocasiones y a partir de ahí llegará el acierto", señaló. El paso deben darlo mañana en su visita al Burgos Promesas (12.00 horas) y es que el único reto es volver a ganar tras un mes de febrero que se saldó con dos empates y dos derrotas, un cómputo muy inferior a las expectativas que había depositadas en la plantilla. "Es importante volver a ganar, pero hay que pensar que enfrente habrá un rival que se está jugando el descenso, y eso le hace estar necesitado para posibles arrastres". Además, Tornadijo quiso trasladar a su plantilla la idea de que "todo lo que no sea ganar a nosotros no nos vale, mientras que ellos pueden dar por bueno el empate, y eso es peligroso". Aparte de a sus propios fantasmas el Zamora CF deberá hacer frente a un terreno de juego que no presentará las mejores condiciones y estará pesado y blando pero aún así los tres puntos en esta ocasión no se pueden escapar. La realidad es que la palabra "play-off" queda ya muy lejos, en concreto a 14 puntos, y ahora lo que buscan en el cuerpo técnico es recuperar anímicamente a la plantilla e ir escalando posiciones y recuperando sensaciones. Para este encuentro las únicas bajas con las que cuenta son las ya conocidas de Zazas y Saúl, por lo que tiene 18 jugadores para cerrar convocatoria.