Con la miel en los labios se quedó el Caja Rural en su visita al terreno de juego del BigMat Fontecha. El combinado zamorano tuvo en su mano la segunda victoria de la temporada, pero no anduvo fino en la definición. Perdonó y lo terminó pagando caro en el tramo final del partido, cuando las fuerzas le flaquearon y concedieron demasiados espacios a su oponente de turno.

El combinado burgalés hizo buenos los pronósticos ante el farolillo rojo de la general. Aunque con mucho más sufrimiento del esperado. La escuadra de Marci se confió en exceso y eso le pudo costar un disgusto de considerables dimensiones, pues las zamoranas se adelantaron en el marcador y pudieron sentenciar la contienda en el arranque del segundo acto. Pero perdonaron y dieron alas a las burgalesas, que afortunadamente pudieron reconducir la situación.

No entraron bien al terreno de juego las anfitrionas, que se vieron superadas por el Caja Rural en los primeros compases del envite. De las visitantes fueron las primeras aproximaciones al área rival, como un disparo de Lara y otro de Lucía. El colista ponía toda la carne en el asador y encontró el premio a su mayor ambición a punto de llegar al ecuador del primer acto.

El colegiado sancionó con penalti un barullo en el área en el que Güemes derribó a la mejor atacante zamorana, Teresa. Bea lanzó con maestría la pena máxima para poner el 0-1 en el electrónico. Solo a partir de ese momento pareció despertar de su letargo el BigMat Fontecha.

No le quedó otra al técnico local que introducir un triple cambio tras el paso por los vestuarios. Pese a todo las visitantes pudieron sentenciar el duelo de salida en un mano a mano de Teresa con Estela en el que la meta local ganó la partida a la delantera.

Para ese momento las burgalesas habían volcado ya el partido en el terreno de juego visitante, y el técnico del Caja Rural trató de cerrar el partido con cambios para ganar solvencia en el centro del campo y defender su renta. Sin embargo, le salíó el tiro por la culata. El empuje local fue encerrando a las zamoranas en campo propio, hasta acabar cediendo.

En el 70, Gadea fue derribada en el área y Alejandra, con decisión, cogió el esférico para batir a Sara desde los once metros. El tanto dio alas a las locales, que cinco minutos después completaron la remontada.