Eloy Doce era ayer un hombre feliz y, visiblemente emocionado en la rueda de prensa posterior al partido, no dudó en dedicar esta importantísima victoria del Quesos El Pastor a su suegro, fallecido recientemente y que ayer hubiera cumplido 81 años: "Seguro que desde ahí empujó un poco la pelota para que entrara", dijo. Además, reconoció que "otra vez nos ha tocado sufrir, parece que va en nuestro ADN. Desde que estoy aquí, todos los partidos en casa están siendo durísimos y a las chicas no se les puede poner un solo pero. Hemos remado otra vez, nos ha faltado el ritmo que no encontrábamos, algunas jugadoras en la primera parte no han estado bien. Luego encontramos ese ritmo, hemos defendido más duras, hemos reboteado mucho mejor, hemos conseguido parar determinadas ventajas que le ofrecíamos al rival y al final, un "cara o cruz" que nos vuelve a salir. Parece que la suerte ha cambiado y es la tercera victoria en los últimos cuatro partidos que nos empuja para conseguir la permanencia".

Doce no quiso lanzar a las campanas al vuelo porque tampoco conocía todavía el resultado del Campus Promete, y recordó que "nos quedan dos partidos durísimos contra Perfumerías Avenida y Mann Filter, fuera ambos. Vamos a intentar dar una gran sorpresa y si no, seguir trabajando para ganar a Bembibre y Estudiantes y cerrar esta agonía que está siendo muy dura".

Doce señaló que "hubo un momento que nuestras dos cuatros, Anja y Nicole estaban jugando muy bien y era muy difícil decidir. Pensamos a jugar con las dos, pero esta opción no ha habíamos entrenado y decidimos mantener la estructura. Marina ha estado incisiva, Gisela ha reboteado mejor... En general, el bloque fue lo importante. Nos hemos agarrado al partido, no solo a base de buen juego, porque todavía no tenemos una identidad de juego, pero nos hemos agarrado al carácter que tienen, que es muy competitivo. Estábamos jugando el partido de nuestras vidas y teníamos que ofrecer otra entrega que hasta el descanso no teníamos".

Por su parte, el entrenador del Sant Adriá, Fabián Téllez, explicó tras felicitar al Zamarat por la victoria -"hoy daba gusto ver el pabellón así"-. Fue un final a cara o cruz al que nunca quieres llegar porque es una lotería y nos ha salido cruz. Ha sido un error no conceder un tiro de dos que nos llevaría a la prórroga pero es un error típico en un equipo joven como el nuestro. Hay que tener mucha paciencia con estas chicas jóvenes y si parte de ese trabajo se valora, hay que agradecerlo. Hoy nos han cogido 16 rebotes ofensivos que es conceder demasiado".