El Zamora CF de Carlos Tornadijo se descuelga de la lucha por entrar en los puestos de playoff de ascenso, víctima de la efectividad de su rival y es que los zamoranos están la a once puntos de los puestos de privilegio. La diferencia la marcó la determinación en las dos áreas, y en la del Zamora Murci y Martín Galván no perdonaron.

La previa anunciaba un partido atractivo entre dos equipos que buscan billete para el play-off de ascenso y que han necesitado ya de cambios en la búsqueda de su objetivo. El principal, en sus banquillos. Mientras el Salmantino ha quemado ya dos entrenadores y le ha vuelto a dar la oportunidad al segundo, Pablo Cortés, sin haber salido de zona de playoff, el Zamora le dio la batuta a Carlos Tornadijo con la intención de mejorar el juego y, con él, las prestaciones del equipo. El primero afrontaba ayer su segundo partido al frente tras la marcha de Calderé; el segundo atraviesa su tercer mes con unas ideas claras que no terminan de plasmarse en el campo, lastrado por la falta de contundencia en situaciones ofensivas, aunque bien es cierto que Tornadijo nunca ha querido oír hablar de la palabra play-off, que sí pronunció la directiva en verano como objetivo de los rojiblancos.

Al césped del Helmántico saltó de nuevo con un esquema sólido, firme en sus convicciones, pero sin la profundidad necesaria para asustar al rival. Tardó cinco minutos el Zamora CF en hacerse con el balón, ocho en disponer de una jugada de peligro real y veinticinco en encajar el primer tanto. El primer acercamiento de los rojiblancos llegó a balón parado, en un balón certero de Carlos Ramos que buscaba portería y que Rodri, en una buena intervención, envió a córner.

Se encontraba cómodo en esos primeros minutos el conjunto zamorano, que buscaba una y otra vez la espalda de la defensa local gracias a la movilidad de Dani Hernández y Sopale. Este último se ganó la titularidad después de cuajar unos buenos minutos una semana anterior ante el Unionistas, y en Salamanca volvió a mostrar peligro. Suya fue una acción que bien pudo abrir el marcador después de ganarle la espalda a Tejedor; como Dani Hernández pudo también abrir la lata en un disparo que se marchó desviado. No concretó, y apenas unos instantes después sufrió en sus carnes la efectividad de su rival.

Lo había intentado Amaro en un disparo lejano que Berlana detuvo en dos tiempos, pero el portero nada pudo hacer para evitar el gol de Murci, que aprovechó el rechace del propio Berlana para enviar a la red. Se había consumido media hora de juego, y la sensación era de control por parte rojiblanca ante un Salmantino muy peligroso de medio campo hacia delante que necesita crear la mitad de juego que el Zamora para protagonizar ocasiones de gol. La prueba es que con media ocasión supo adelantarse en el marcador. En el bando zamorano, Sopale lo volvió a intentar ganando en velocidad a su par pero su tiro escorado se fue arriba rozando el travesaño. Poco antes del descanso, el Zamora disfrutaría de nuevo de una buena ocasión para empatar, pero su contra murió sin llegar a ver puerta ante el doble error de Carlos Ramos, que primero perdió el balón y en segunda instancia frenó en falta la salida de Coque y vio la tarjeta amarilla. Sin disponer de más oportunidades, el Salmantino sí demostró tener más peligro en sus llegadas, y buena muestra de ello es que pudo marcharse a vestuarios con 2-0 si Amaro no envía alto un disparo dentro del área tras un mal despeje de Charly.

El paso por vestuarios trató de modificar algunas pautas, eso sí sin cambios en los dos onces protagonistas. En el bando local, el técnico Pablo Cortés intentó ganar en posesión y recuperar el dominio de balón del que hace gala cuando juega como anfitrión; y en el rojiblanco, Carlos Tornadijo alentó a los suyos a ser más eficaces cara a puerta. De nada sirve seguir un patrón y dar todos los pasos de forma correcta si en el último tropiezas, y en ese último paso es donde el Zamora se detuvo ayer, inocente como se mostró cara a puerta. No fue el caso del Salmantino, que si tiene una virtud perfectamente afilada es esa. Responde mejor en ese último paso que en todos los anteriores. Su pegada es de las mejores de la categoría, y con ella suma puntos de tres en tres. Los tres que ponía en juego su duelo ante el Zamora los ganó con ese mismo libreto. Aprovechó Murci un balón suelto en la primera parte, y asestó el hachazo definitivo en la reanudación, quince minutos después de volver de vestuarios, gracias a un potente disparo de Martín Galván ante el que nada pudo hacer Berlana. Criticado por su propia afición, el mexicano reacciona en situaciones adversas, y ante el Zamora lo volvió a demostrar. Dentro del área, supo revolverse a la perfección en un palmo de terreno para mandar el balón a la mismísima escuadra. Con el 2-0 en el marcador, el partido bajó muchos enteros en ritmo e intensidad, en parte por el carrusel de cambios. Tornadijo buscó revulsivos y una reacción de los suyos con la salida al campo de César Simón e Iñaki, pero para entonces el encuentro ya había entrado en una fase de conformismo por parte de ambos equipos. El propio Iñaki reclamó un penalti ya dentro del último minuto, pero el colegido se desentendió. Sin ocasiones dignas de mención, el Salmantino supo dormir el partido para sumar su segunda victoria con Pablo Cortés en el banquillo y afianzarse en puestos de playoff, tres puntos más cerca de su vecino Unionistas, a costa de un rival, el Zamora, que perdía el último tren víctima de su falta de pegada. La visita de la Arandina la próxima jornada en el Ruta de la Plata es su consuelo más inmediato.