El Real Madrid de esta temporada es como un grandísimo piloto de 500 cc en los años 80, Randy Mamola. Conocido en el mundillo del motor (no sé si le recordarán pero si les digo que era aquel piloto que en una salida de pista sin soltar el manillar se volvió a cabalgar en la moto como si fuera un jinete de rodeo, seguro que les suena) como el que mejor interpretaba que la distancia entre dos puntos es la línea curva. Así que era famoso por sus tumbadas, por su irregularidad (era capaz de lo mejor y de lo peor), por el espectáculo que proporcionaba, por su pilotaje casi siempre pasado de rosca y sin miedo al peligro y, claro está, por sus caídas. Caídas que le privaron de algún título mundial. Pese a todo era idolatrado en los circuitos.

Pues eso es el Madrid hoy, un campeón tan campeón como irregular, y tan capaz de lo mejor (el sábado contra la Real Sociedad lo demostró) como de lo peor (mejor no pongo ejemplos que todo el mundo conoce). La cuestión es qué cara enseñará el equipo este miércoles en el Bernabéu contra el PSG. Si muestra la mala, la eliminatoria se pondrá fea aunque no imposible pero si muestra la buena ni PSG, ni ningún otro que se ponga por delante podrá hacer nada porque el Real, como se le conoce en el mundo entero, es mucho Real y Neymar y los suyos aún no son morlacos de enjundia para hacer zozobrar la nave blanca en un buen día.

Pero bueno, eso no quiere decir que la eliminatoria esté acabada porque habrá que ir a jugar a París y allí, con la cara buena, se sufrirá mucho pero se pasará. Sólo una cosa preocupa. ¿Arbitrará Aytekin el partido de vuelta? Si es así, .madridistas del mundo lo tenemos claro. Porque el trencilla alemán querrá resarcirse de lo que le hizo al PSG en el Camp Nou el año pasado. Nunca se había visto un atraco tan importante como el de ese día, desde la presentación en sociedad del noruego Obrevo, el 6 de mayo de 2009, cuando de un plumazo sacó de la Champions League al Chelsea en un partido en Stanford Bridge contra el FC Barcelona. Se comió tres penaltis en el área culé y se quedó tan ancho. Puede ser que no arbitre Aytekin pero cualquier otro bastará para darle un revolcón al Real Madrid. Porque igual tres Champions seguidas son muchas para un equipo sólo. Y eso que el Real lleva sólo 12 en sus vitrinas.

De esta manera esperamos acontecimientos en el Bernabéu y en el Parque de los Príncipes de París. Pero antes de acabar sólo un detalle. ¿Alguien se enteró de que Benzema estuvo jugando el sábado pasado en el Bernabéu? Sí, los socios y asistentes al partido que le despidieron con una sonora pitada tras deambular por el campo sin sentido y fallar un gol a puerta vacía en el último minuto. No hay nada más que decir.