El MMT Seguros firmó este sábado un empate con Puerto Sagunto (23-23), en un encuentro que se presentaba como toda una final y en el que los zamoranos tuvieron bola pra ganar.

El MMT Seguros empezó la contienda acelerado en ataque y lo pagó caro ante un Puerto Sagunto que se entonó por mediación de Boisedu y sus tres siete metros consecutivos en los primeros minutos (2-3).

Con evidentes dificultades para sobrepasar la envergadura de la saga visitante, los zamoranos apenas

conseguían ver puerta y su rival, pese a no brillar, consiguió sacar provecho de cada fallo defensivo local para poner el 4-7 en el marcador y forzar a García Valiente a pedir tiempo muerto.

El receso sentó bien al cuadro de Viriato que, pese a encajar un nuevo tanto, fue capaz de reaccionar a raíz de un contragolpe de Fafa tras parada de Calle. Una acción que despertó a la grada, cuyo aliento se dejó notar en el MMT Seguros. Así, a los veinte minutos de juego, el partido volvía a estar igualado (7-8).

Sin embargo, el esfuerzo pareció pasar factura en un cuadro pistacho peleado con el marco rival, que estrelló varias bolas en la madera, y flojo atrás. Lo suficiente como para no dar caza a Puerto Sagunto antes del descanso, al que se llegó con renta de tres goles para los valencianos (10-13).

La segunda parte arrancó con el MMT Seguros dispuesto a remontar y, con una marcha más que su rival, recortó diferencias y persiguió el empate hasta que lo alcanzó diez minutos después por mediación de un Octavio que tiraba del carro como nadie (18-18).

Los zamoranos incluso llegaron a ponerse por delante durante varios minutos, pero todo se torció tras una injusta sanción a Ceballos. A partir de ahí, Puerto Sagunto tomó ventaja sobre un MMT Seguros nervioso al que le costaba ver puerta y veía como cada ataque visitante finalizaba en siete metros para Boisedu.

Aun así, el cuadro de Viriato no tiró la toalla y en una guerra sin cuartel llego a los treinta segundos finales con 23-23 y bola para ganar el partido, pero Octavio, tras una falta rival, mandó el último tiro al palo.