El Aquimisa Queso Zamorano demostró este sábado de nuevo que es un equipo que se merece permanecer en LEB Plata, y lo hizo sabiendo defender sus cortas ventajas en los minutos finales como no había podido hacerlo en muchos partidos anteriores.

Fue este triunfo un premio a la fe que la plantilla que dirige Saulo Hernández mantiene en sus posibilidades de salvación y ayer, con una plantilla mermada por las lesiones y un Stefan Asanin pidiendo al técnico jugar pese a que lleva semanas con dos costillas fracturadas ante la baja de Vernstra por gripe.

Y el equipo del queso zamorano se sacó la espina que tenía clavada del partido de la primera vuelta en el que salió derrotado de Morón de la Frontera con un rotundo 83-61 sin nada que objetar. En estos tres meses que han pasado desde entonces, el Aquimisa ha crecido hasta merecerse la victoria de ayer ante un equipo que mira hacia la parte alta de la clasificación.

El CB Zamora comenzó el partido disfrutando de cortas ventajas pero el acierto en los triples del Morón (9/15) hizo que el partido se fuera al descanso con un 31-42 tras un parcial de 0-12.

Muy mal pintaban las cosas para el equipo de Saulo Hernández, pero todo cambió tras el paso por vestuarios y los zamoranos daban la vuelta al marcador en poco más de tres minutos igualando a 44. El partido entró entonces en una dinámica de alternativas en el marcador aunque Morón daba la sensación de tener todo bastante controlado.

Fue entonces cuando Chris Hasen asumió la responsabilidad en ataque y el color del choque cambió. El americano engarzó cuatro canastas casi seguidas y Ervin remataba a la contra para que el entrenador andaluz pidiera un tiempo muerto a la desesperada.

A falta de cinco minutos para el final, el Aquimisa Queso Zamorano dominaba por 70-65 y un triple de Adrián Méndez pareció sentenciar, pero no fue así porque le replicó el sevillano Marco.

Acertó también Hansen con otra canasta de tres puntos (78-72). Pero Morón no se dio por vencido en ningún momento, siguió intentándolo y a sólo 4 segundos para el final, Rigo firmaba otro triple para poner el marcador en 80-77, y en esos cuatro segundos todavía pudo pasar de todo porque los árbitros señalaban un fuera de banda al Aquimisa con dos segundos por delante en los que el Morón cometió un error en el pase y el balón llegó a manos de Ervin que ya no lo soltó.

Saulo Hernández fue claro tras esta importantísima victoria que aparta a su equipo del último puesto de la clasificación y le mete de nuevo en la lucha por la permanencia: "La clave ha estado en que estos chavales tienen unas narices y un orgullo enormes. Asanin me pidió jugar con dos costillas fisuradas porque Bass está malo y no puede venir. Si siempre estoy con ellos, hoy mucho más. Creer en sus posibilidades, de entender que perder de once al descanso no era por haber jugado mal sino porque el rival había tenido un acierto enorme y hablamos que si no repetían luego ese porcentaje teníamos que hacer todo lo posible por estar ahí".

Hernández Bris no quiso atribuirse su parte de culpa en esta brillante victoria: "Mi mayor mérito puede ser el fichar en verano a los jugadores con los que voy a pasar los siguientes nueve meses. Y la verdad es que soy un privilegiado porque tengo unos jugadores que dan lecciones de lo que debe ser el deporte. Nunca ponen una mala cara, siempre son respetuosos con los árbitros, con las decisiones que yo tomo, siempre luchando pese a tener todo en contra. Me quito el sombrero".

Y al final del encuentro también mereció su reflexión sobre lo que resta de temporada: "Creo que es un error en la situación en la que estamos pensar en lo que nos queda para la salvación. Lo que hacemos es hablar del rival del próximo sábado y de darlo absolutamente todo", concluyó el entrenador zamorano.