El líder consiguió imponerse por la mínima en su visita al campo del Betis de Valladolid tras un encuentro en el que fue de menos a más. Comenzó el encuentro con mucha igualdad. Los locales intentaban sorprender al líder, que no conseguía sentirse cómodo y sufría para controlar el balón. Pese a todo, se adelantaban los zamoranos en el luminoso en el minuto 17 de partido en una jugada de Frade, con cambio de orientación sobre Tomás González, que le puso el balón a Héctor en el centro del área para que, de cabeza, enviase el balón al fondo de las mallas.

A partir de ahí, lucha e intensidad en la zona ancha, aunque pocas ocasiones claras de gol. Pudo, pese a todo, el Villaralbo ampliar su ventaja en el luminoso en el minuto 33, en un contragolpe que remataba de cabeza Nii, pero un defensor local sacaba el balón bajo palos y evitaba el tanto visitante. Y de lo que pudo ser el 0-2 se pasaba al 1-1 en la jugada siguiente, en un saque de banda que Iván coloca para Sáez que disparaba desde lejos, colando el balón por la escuadra en el segundo palo.

El gol dio alas a los locales, que antes del descanso aún pudieron anotar otros dos nuevos tantos pero Tomás rubricó dos buenas acciones para evitarlo. Ya en la segunda parte, el Villaralbo mostró mejor cara. Los azulones, mejor posicionados ahora sobre el terreno de juego, dominaban ahora ante un Betis que ya no presionaba tan arriba y que acusaba el cansancio. Mientras, el líder movía el balón con velocidad y una y otra vez se plantaba al borde del área contraria con solo tres pases, aunque allí acababa sucumbiendo ante la defensa local.

Así las cosas, las ocasiones de gol brillaban por su ausencia y solo en la recta final del encuentro llegaron algunas. Eso sí, todas fueron para el Villaralbo, que pudo adelantarse de nuevo en el minuto 80, cuando Héctor, tras regatear al portero, ve como un defensa saca su balón bajo palos. En el 83 era Chemi el que probaba suerte tras un buen centro de Tomás Calvo, pero su disparo se iba alto.

Los locales, por su parte, pudieron marcar en el 89, justo antes del gol visitante, en un disparo de Nacho que se estrellaba en el larguero. Poco después llegaba el gol del triunfo del Villaralbo, un gol que nacía en un ataque local: disparo de los locales que rechaza Tomás con un zapatazo tan largo que el balón le cayó a Nii, este, brillante, regatea a cuanto defensor le sale al paso y firma el 1-2 definitivo.