Los pilotos españoles Carlos Sainz (Peugeot) y Joan Barreda (Honda) fueron los grandes protagonistas este sábado tras conquistar la séptima etapa del Rally Dakar en coches y motos, respectivamente, entre La Paz y Uyuni con 425 kilómetros de especial, lo que ha valido al madrileño para alcanzar el liderato y al castellonense para situarse tercero.

En las cuatro ruedas, Sainz cosechó su segundo triunfo parcial en esta edición y se situó primero tras recortar más de 27 minutos de desventaja a Stéphane Peterhansel (Peugeot). Una avería de 'Monsieur Dakar' en su 3008 DKR, líder hasta este sábado, fue aprovechada a la perfección por el bicampeón del mundo de rallys.

Peterhansel sufrió un problema antes de alcanzar el cuarto punto cronometrado de la especial y estuvo parado sin asistencia casi dos horas hasta que su compatriota Cyril Despres pudo ayudarle. Para entonces, Sainz ya era líder virtual de la prueba, situación que confirmó unos minutos después con su llegada en solitario a Uyuni.

El madrileño no fue conservador y apretó el acelerador hasta el fondo en ese tramo interminable para Peterhansel. El gran rival para el título de Sainz podría haber dicho adiós al triunfo en Buenos Aires, aunque dada su experiencia y viendo lo que ha ocurrido en esta séptima etapa, nunca se puede dar por muerto a nadie, pero mucho menos al veterano francés, ganador de 13 Rallys Dakar.

De esta forma, Sainz lidera con una hora y once minutos de ventaja sobre el catarí Nasser-Al Attiyah, segundo en la general y tercero en el séptimo capitulo del Dakar, mientras que la tercera plaza corresponde al piloto sudafricano Giniel de Villiers (Toyota), a 1:20:54 del liderato.

Tras la etapa, Sainz se mostró satisfecho, pero apeló a la prudencia. "Estoy contento con la etapa y vamos a seguir día a día. El objetivo es tratar de ir pasando etapas, que quedan muchas y complicadas", indicó.

"Está siendo un Dakar muy duro. Lo estamos viendo todo el rato, que están pasando cosas y hay que sobrevivir. No sé exactamente qué le ha pasado a Stéphane. Insisto, ha sido una etapa difícil. Aún queda mucha carrera por delante hasta la llegada así que hay que tomarse la carrera día a día", resumió Sainz.

"Stéphane estaba detrás de mí y, de repente, ha dejado de estarlo. He atacado a tope para ganar tiempo y creo que estoy rodando a muy buen ritmo", sentenció el bicampeón del mundo de rallys.

Por su parte, en motos, Joan Barreda se situó tercero en la clasificación general tras conquistar la jornada de este sábado. El castellonense, que suma tres triunfos en esta edición y 22 en toda su carrera, paró el reloj en 5 horas, 11 minutos y 10 segundos, con casi tres minutos de renta sobre el francés Adrien Van Beveren (Yamaha).

El galo, que ha recuperado el primer puesto, manda en la general con 3:14 sobre el argentino Kevin Benavides, segundo, y con 4:45 sobre Barreda. El español se movió como pez en el agua una vez que aumentó el kilometraje de las etapas y demostró que el paso por la frontera boliviana le ha sentado especialmente muy bien.

Sin embargo, no todo fue felicidad para Barreda, que según llegó al vivac acudió a los servicios médicos para ser atendido por las molestias que padece en la rodilla izquierda. Según ha explicado el propio piloto sufrió una caída en el desarrollo de la etapa que le obligará a tomar una decisión sobre su futuro en el Rally antes de la salida de la octava jornada este domingo.