Diego Bravo y Alma de las Heras se alzaron campeones de la XXXIX San Silvestre Zamorana, prueba con la que se despidió deportivamente 2017 y que congregó a más de un millar de personas en la Plaza Mayor, dando un singular y único colorido al típico escenario de la última prueba del año.

Como viene siendo costumbre, la Plaza Mayor se convirtió en el epicentro de la última prueba deportiva del año en Zamora, siendo también el punto de partida y llegada del circuito diseñado por el Club Deportivo Zamora Repostar que en las últimas ediciones ha permitido tanto a los más expertos atletas como a todos aquellos ciudadanos dispuestos a dar color a la San Silvestre zamorana disfrutar de la cita. Una despedida a la carrera que gozó de un clima más propio de meses primaverales con el único contratiempo de algunas molestas ráfagas de viento y un suelo mojado debido a las lluvias matutinas del último día de 2017.

Horas antes de la carrera parecía que sería una San Silvestre pasada por agua pero la meteorología respeto a todos los que acudieron para participar en una fiesta atlética que, un año más, arrancó con los más pequeños midiendo sus fuerzas en un circuito diseñado para su corta edad y en el que muchos corrieron acompañados de sus familiares. Chupetines y prebenjamines zamoranos fueron los perfectos teloneros y permitieron a los más adultos dar tiempo para calentar y reunirse en torno a una línea de salida que congregó a más de mil deportistas. Eso sí, sus carreras fueron algo caóticas.

Fue poco antes de las cinco y media de la tarde cuando dio comienzo la carrera popular, con gran algarabía y expectación rodeando al disparo que marcaba su inicio y hacía apelotonarse a todos esos curiosos personajes de la cultura popular que gracias a la imaginación de los participantes amateur toman parte de la prueba cada año. Un grupo en el que no faltaron bailarinas y algún que otro Papá Noel, fieles a la San Silvestre Zamorana, superhéroes como Flash o personajes de ciencia ficción tan entrañables como Pikachu. Dummies, corredores sin piel e, incluso, un gran dragón se dirigieron hacia el centro de Zamora detrás de esos atletas que compiten por la victoria y deportistas otros equipos que se reúnen para despedir juntos el año a mitad de temporada. Hasta los Reyes Magos, alguno con gran dominio del balón, adelantaron su visita para decir adiós a 2017 haciendo algo de ejercicio y hambre para la posterior cena.

La salida fue, sin duda, el punto álgido de una prueba en la que cientos y cientos de personas tomaron la salida y que tuvo como protagonista al joven Diego Bravo. El corredor de Atletismo Zamora llevaba años persiguiendo la victoria y, en esta ocasión, se pudo quitar la "espinita" con una actuación prácticamente perfecta ya que tomó la cabeza de carrera prácticamente desde esos primeros metros en los que participantes no disfrazados y caracterizados se separan.

La pelea por la victoria estuvo realmente muy igualada. Bravo cerraba el primer tramo del circuito en apenas cinco minutos y entraba en la Plaza Mayor seguido muy de cerca por varios rivales con gran potencial para hacerle frente como Fernando Lorenzo o Ángel Nieto. Además, a pocos segundos, llegaba otro nutrido grupo de perseguidores con posibilidades de cara a la segunda parte del trazado en ocho. Esa que transcurre por el casco antiguo y en la que los aplausos de las decenas de espectadores sitos frente al Ayuntamiento de Zamora llevan a los atletas a dar el todo por el todo.

Con el paso de la primera atleta femenina, Alma de las Heras, por el epicentro de la prueba se incorporaron a la carrera los atletas de categorías infantiles. Una incorporación con menos problemas que otros años, aunque hubo alguna caída por parte de algún niño. Eso sí, la fiesta terminaría sin graves incidentes gracias una vez más al excelente trabajo de la Cruz Roja, Protección Civil y los cuerpos de seguridad que participaron en la cita.

No hubo que esperar mucho desde la incorporación de los jóvenes atletas al trazado para ver quién sería el ganador de la San Silvestre zamorana de 2017. Diego Bravo vislumbró El Merlú en cabeza tras haber subido el ritmo en los metros previos para evitar sorpresas poco antes de la meta. Controló bien a sus rivales y ese esfuerzo tuvo su merecido premio al poder terminar el año con una nueva victoria. Un triunfo que perseguía desde hace tiempo y que logró por escaso margen de diferencia sobre Ángel Nieto y Fernando Lorenzo, segundo y tercer clasificado que no pudieron darle caza por muy poco antes de cruzar la línea de llegada.

Bravo, exultante, celebró el triunfo con sus rivales y también con su compañera Alma de las Heras, flamante e indiscutible ganadora en la categoría femenina, con la que se fundió en un abrazo. La atleta, que obtuvo su victoria con holgada diferencia, demostró estar en un gran momento de forma y volvió a inscribir su nombre en el palmarés de la última carrera del año. Esa en la que el espectáculo está siempre en las primeras posiciones pero la diversión, la alegría y el colorido se encuentra en el amplio número de zamoranos que se animan a despedir cada año corriendo con disparatados disfraces y rodeados de amigos y familiares. Una mezcla perfecta de deporte y diversión con la que Zamora dijo adiós a 2017.