El MMT Zamora no pudo cerrar mejor la primera vuelta de la competición. El conjunto pistacho encadenó su segundo triunfo consecutivo al imponerse (25-29) a domicilio al Helvetia Anaitasuna en un encuentro en el que fue siempre por delante en el marcador. Un nuevo triunfo ante uno de los equipos de la zona alta que da a los zamoranos fuerza y moral para afrontar la segunda vuelta. Un tramo de campeonato que encararán tras las Navidades, vacaciones de las que disfrutará el conjunto de García Valiente fuera del descenso. Toda una proeza.

Los locales, por su parte, pese a la derrota, consiguieron el billete para disputar la Copa Asobal el próximo fin de semana, debido al resto de resultados de la jornada.

El MMT Seguros Zamora visitaba ayer a un rival, Helvetia Anaitasuna, que se jugaba su clasificación para disputar este fin de semana la 28ª Copa ASOBAL. Pero los zamoranos también se juegan, y mucho, en cada partido. Se juegan la vida, la permanencia... y ese hambre de puntos para no pasar apuros a final de temporada pudo más que la ilusión local por disputar una competición más.

Los zamoranos, que ya dieron la campanada en la última jornada venciendo a Quabit Guadalajara y estaban dispuestos a repetir la gesta. El cuadro de Viriato saltó a la pista con mucha intensidad, disputándole el balón a los locales y presionando en toda la pista. Tampoco los locales se amilanaban y desde el pitido inicial el encuentro resultó trepidante, con dos equipos volcados y mucha igualdad.

Una y otra vez los zamoranos conseguían adelantarse en el luminoso y, aunque Anaitasuna empataba en seguida, al final, dos goles consecutivos de Octavio, tras una buena defensa zamorana y rápidos contragolpes, colocaba a los visitantes con dos tantos de ventaja en el luminoso (4-6, minuto 12).

Los nervios estaban pasando factura al equipo local y el MMT Seguros supo sacar provecho de ello. Principalmente porque su sólida defensa, con un Calle colosal bajo palos, no daba tregua a Anaitasuna.

Con ventaja en el luminoso, los hombres de García Valiente "obligaban" al equipo local a arriesgar, mientras ellos defendían con contundencia y salían a la contra, asegurando sus lanzamientos. Así, en el minuto 14 el MMT Seguros ganaba ya de tres goles (5-8), mientras los locales seguían buscando la manera de reaccionar. Pero ni los tiempos muertos ni las rotaciones funcionaban y Anaitasuna llegaba al ecuador de la primera parte aún con 3 de desventaja (6-9).

Otro lanzamiento fallado por los locales y la velocidad de Ceballos permitían a Zamora ampliar su renta hasta los 5 tantos en el minuto 17 (6-11), ante la desesperación del público local. A Anaitasuna no le salía nada, y el MMT seguros era un equipo sin fisuras. Ni siquiera la exclusión de Abalós hacía que los visitantes perdiesen el control. Incluso en inferioridad era el cuadro de Viriato el que anotaba ante la inoperancia de los pamplonicas. La renta visitante llegaba hasta los siete goles (6-13) en el minuto 22, y el técnico local pedía un nuevo tiempo muerto.

Esta vez la charla del entrenador sirvió a Anaitasuna para frenar, al menos, la escapada de su rival e irse al descanso con la sensación de que el partido no se les había escapado del todo. El MMT Seguros, por su parte, se iba a vestuarios con la moral por las nubes, aunque quedaba por ver como iba a aguantar el equipo visitante el previsible arreón navarro en la segunda mitad.

Tirón que se produjo. Anaitasuna supo leer el partido y regresar a la pista con brío. Los locales templaron nervios, apretaron los dientes en defensa y secaron el juego de ataque del MMT Seguros, ahora con muchos problemas para anotar. De hecho, tras más de cinco minutos de partido, el parcial era de 3.0, lo que obligó a García Valiente a pedir tiempo muerto (14-17).

Reencontró la garra en ese parón el MMT Seguros que, a partir de entonces, encontraría a más hombres que Octavio (marcado estrechamente) para anotar. El primero, un Jortos que con dos goles daba aire a los zamoranos, dispuestos a emplearse a fondo para salir de la Catedral con dos puntos.

Anaitasuna se volcó sobre la meta rival. Adelantó su defensa cada vez más y con el acierto de Raúl Nantes siguió soñando con recortar diferencias hasta cuando quedaban once minutos para el final (19-22). Pero su remontada quedó ahí, porque la extraordinaria actuación de Calles y el buen hacer colectivo de un MMT Seguros sin nervios evitó el desplome zamorano.

A cada arreón local respondieron los de Viriato con garra y talento, incluso cuando venían mal dadas o sus hombres encajaban un feo golpe. Daba igual, el hambre del MMT Seguros por llegar a Navidades con dos puntos más pudo más que las ansias coperas de un Anaitasuna incapaz de impedir una nueva proeza de los "pistacho", ahora fuera del descenso (25-29).