El Real Madrid firmó su mejor partido de la temporada, con un recital de fútbol en un primer acto majestuoso en el que atropelló al Sevilla con una "manita" de goles, lanzando el esperado mensaje de resurrección en Liga del vigente campeón, antes de marcharse a por la conquista del Mundial de Clubes.

La alegría y el orgullo regresaron a un Bernabéu que asistió a la recuperación de la identidad perdida de su equipo, con un fútbol vertical y de fantasía que convirtió en equipo menor a un Sevilla superado. Son las cosas del fútbol, cuando los focos se ponían en las ausencias defensivas de Zidane y la falta de pegada, un vendaval maravillaba al madridismo con una segunda unidad que mostró un nivel magnífico. Marco Asensio, inspirado, metía la velocidad que pedía el juego del Real Madrid. Achraf fue una bala en la derecha, Vallejo firmó un partido repleto de acierto y anticipación y el resto volaron.

Cumplieron la primera premisa de Zidane, salir con intensidad y ya a los tres minutos estaban por delante del marcador. Sergio Rico había realizado la primera parada, intuyendo la que le venía encima con el disparo ajustado de Lucas Vázquez, enviando el cuero a un sque de esquina en el que Nacho abrió el marcador y puso todo de cara.

Pocos partidos esta temporada jugó el Real Madrid con viento a favor en el Bernabéu. Y eso se notó, como el paso a 4-4-2 con extremos que permitía a Achraf y Marcelo tener siempre la ayuda de Lucas y Asensio.

En una semana en la que Cristiano Ronaldo recibió su quinto Balón de Oro y firmaba un récord histórico en Liga de Campeones, el portugués saltaba al césped liberado de esa presión convertida en ansiedad que le atenazaba en Liga. En ocho minutos marcó los mismos goles que en todas las jornadas disputadas.

Asensio estaba en todo y se divertía. Lo mismo sacaba un centro desde la izquierda que se descolgaba por el centro y rompía líneas para ver el desmarque de Cristiano que chutaba a gol, en carrera, con confianza. Su doblete llegaba con un penalti por mano de Jesús Navas.

En la fiesta madridista no se rebajaba la exigencia. Kroos se desataba con un gran partido y tras avisar con un disparo rumbo a la escuadra firmaba el cuarto después de una pared con Lucas Vázquez. El baño al Sevilla en la primera mitad lo redondeó Achfraf, que encontró premio a su esfuerzo con constantes subidas en una asistencia de Benzema.

Público en pie para despedir al Real Madrid al descanso, conscientes de que nada quedaba por ver en el segundo acto. Zidane, con el Mundial de Clubes a la vuelta de la esquina, daba descanso a Kroos, Modric y Cristiano mientras el Sevilla intentaba sin éxito recuperar el orgullo.

Nolito y Muriel, desacertados, nada pudieron hacer por maquillar la goleada de un Real Madrid que regresó a su nivel habitual.