El Atlético de Madrid resolvió su pase a los octavos de final de la Copa del Rey en la primera media hora, con un ejercicio concluyente, serio y sin concesiones ante el Elche, dominado de principio a fin, superado con rotundidad y doblegado con dos goles de Fernando Torres y uno de José María Giménez (3-0). En el estreno de la Copa del Rey de su nueva casa, el Atlético, con un once con rotaciones pero indudablemente reconocible en cada línea, tomó el duelo con toda la seriedad del mundo, dominador, ambicioso, sin ningún resquicio para la duda de quién era el equipo superior y quién debía avanzar a la siguiente ronda. En media hora ya había solucionado todo, el choque y la clasificación, con dos golpes casi consecutivos: el 1-0, en el minuto 30, en un córner lanzado por Carrasco y rematado de cabeza por Giménez; el 2-0, en el 32, de Fernando Torres, que se estrenaba esta temporada.