La rotura de fibras que Gareth Bale sufrió el jueves cuando estaba en la recta final de la recuperación de su última lesión -la que se produjo en el sóleo en Dortmund el 26 de septiembre- ha hecho saltar por los aires el poco margen de confianza que buena parte del madridismo tenía en su físico. Desde que el galés aterrizó en Madrid sobre la campana del cierre del mercado de verano de 2013 a cambio de más de 100 millones de euros, el extremo no ha sido capaz de mantenerse lejos de la enfermería lo suficiente como para demostrar el talento que, sin duda, atesora.

El británico acumula 19 lesiones, la inmensa mayoría de tipo muscular, que le han hecho perderse más de 73 partidos. Sólo ha disputado el 55 por ciento de los minutos. Por eso ya va camino de ser elevado al club de los jugadores de cristal que en las últimas décadas han pasado por el Real Madrid. Ahí está el caso de Robert Prosinecki. El centrocampista croata llegó al Real Madrid para marcar una época y acabó haciéndolo pero por sus problemas físicos o por salir del vestuario con el neceser en una mano y el cartón de Winston en la otra. Le apodaron "Lesionescki". En tres temporadas jugó 73 partidos. Curiosamente su mejor año fue el que el Real Madrid lo cedió al Real Oviedo. En el viejo Tartiere, escoltado por Jokanovic, mostró su mejor versión en España. El Madrid acabó vendiéndolo a Barça.

Otro jugador al que las lesiones no respetaron en su etapa en Madrid fue a Robben. El holandés no llegó a jugar cinco partidos seguidos. Florentino lo traspasó al Bayern cuando llegó a la presidencia y el tulipán recuperó su físico.

Curiosamente los futbolistas británicos no tienen mucha suerte con las lesiones en Madrid. Ahí está lo que pasó con Woodgate, que sólo jugó 14 partidos. Una de sus recaídas la tuvo pugnando con David Barral, entonces en el Castilla y luego delantero del Sporting, durante un entrenamiento. Otro inglés de cristal fue el delantero Cunningham, que además de lesionarse cayó en una profunda depresión tras el asesinato de su cuñada y sus dos hijas. Jugó un año cedido en el Sporting y también en el Rayo. Murió en un accidente de tráfico.