Si, como dicen algunos, la casualidad no es más que un deseo de Dios cuando no quiere firmar, entonces habría que decir también que el hecho de que el primer partido del Barça post-independencia virtual de Cataluña fuera precisamente en San Mamés es la prueba de que Dios tiene sentido del humor. Si a eso añadimos que el primer partido del Real Madrid fuera de casa después de que Cataluña se convirtiera en una historieta de Mortadelo y Filemón fue, fíjate tú, en Girona, entonces no hay más remedio que declarar a Dios bromista oficial del universo. Menos mal que Dios no existe, porque la ausencia de Dios es más soportable que un Dios bromista que pasa de todo pero se entretiene obligando a la casualidad futbolística a comportarse de forma necesaria.

En efecto, el Barça jugó en San Mamés y fue recibido con banderas de la república catalana. Pues vale. Pero resulta que en este momento en el que todo el mundo habla de la independencia de Cataluña, se demuestra que la gran verdad culé es la dependencia. El Barça depende de Messi. Punto. El Barça es el equipo más dependiente de la historia del fútbol, algo lógico si tenemos en cuenta que en el Barça juega el mejor futbolista, de largo, de la historia del fútbol. Como mucho, podríamos matizar esta afirmación apuntando que sin las paradas de Ter Stegen la dependencia de Messi no nos daría tantos puntos. Sí, también está el gran Busquets, el implacable Umtiti y Sergi Roberto, ese engranaje perfecto e incansable, pero el Barça depende de Messi como la Teoría de la Relatividad depende de Einstein o "Parque Jurásico" depende del tiranosaurio. Falta poco para que Messi protagonice la jugada perfecta en la que Messi robe el balón, drible a varios contrarios, pase el balón a Messi, que centrará para que Messi remate a gol. De momento, el gol de Messi en San Mamés se le parece bastante.

No hay secretos en este Barça dependiente, salvo el empeño de Valverde en colocar a André Gomes en el equipo titular. ¿Será porque hay que revalorizar al jugador portugués para venderlo después a buen precio? ¿Será porque André Gomes es primo de un dirigente del Barça al que le gusta ver al chaval correteando por el campo? No sé. Tampoco me importa mucho mientras Messi sea el Einstein y el tiranosaurio de un Barça imparable. ¡Viva la dependencia!