El trabajo ha hecho que Carlos Vega tenga que retirarse de la competición a una edad temprana, dejando detrás de si una carrera plagada de éxitos y quien sabe si por delante alguna medalla más en grandes competiciones. El mundo del piragüismo, como el de muchos deportes minoritarios, se ve abocado a muchos de estos casos de deportistas que después de haberlo dejado todo a un lado para poder dar el máximo en sus disciplinas, tienen que acabar despertando del sueño y enfrentándose a una realidad en la que no es compatible el deporte de alta competición.

Carlos Vega, que sufrió el revés más duro de su carrera en 2015, es el último caso de un palista que tiene que abandonar la competición demasiado pronto, aunque quizá en ese año 2015 Vega comenzó a tomar la decisión de que no merecía la pena seguir.

En Bohinj, Eslovenia, el piragüista de Domez de Alba luchó por la medalla de oro con dos húngaros que le acabaron superando y se trajo a Zamora un precioso botín: una medalla de bronce en un Europeo. El horizonte le colocaba en la "pole position" del piragüismo zamorano que debía tomar el relevo de Emilio Merchán. Vega, "ChelÍn", Pedruelo, Barrios, Garrote o Bernal. La nueva hornada zamorano seguía cosechando éxitos y Vega buscaba redondear sus metales consiguiendo una en el Mundial.

Lo que encontró Carlos Vega fue una sanción de la Federación Española de Piragüismo por competir con sus patrocinadores en lugar de los de la RFEP. Encontró, también, el apoyo de muchos otros palistas de primer orden mundial que levantaron la voz. Encontró la desilusión de verse fuera de la competición en su mejor momento, encontrando el principio del final de su carrera.

Aunque el tiempo acabe haciendo que Bohinj sea un recuerdo agradable, el sabor de boca actual del palista zamorano se lo deja mucho mejor Vila Verde, Portugal, donde logró su primer metal en una competición internacional de primer nivel en 2013.

En el Campeonato del Mundo, Carlos Vega consiguió siempre estar entre los mejores cuando participó, siendo un séptimo puesto en Banyoles su mejor resultado. En otras ocasiones, pese a tener el billete, el zamorano no pudo participar (además del que se perdió por sanción) por falta de financiación, un problema habitual del piragüismo zamorano, siempre buscando dinero debajo de las piedras para poder conseguir éxitos con la camiseta de la Selección Española.

A nivel nacional, Carlos Vega siempre estuvo en lo más alto y acumula hasta 28 medallas en campeonatos de España, proclamándose campeón nacional hasta en siete ocasiones.

Un técnico laureado

Cuando Vega perdió la ilusión por la alta competición y mientras cumplía la sanción, se dedicó a formar a nuevos palistas, especialmente canoístas, que se formaban en el su club de toda la vida, el ADZ Iberdrola. Allí, un día vio a David Blanco y le convenció de pasarse a la canoa, esa que tantas alegrías le había dando a él y a su amigo Javier Bernal Iglesias, otro de los zamoranos que lucharon por metales en competiciones internacionales.

Carlos Vega ha sido no sólo el técnico que descubrió a David Blanco, sino su amigo en los peores momentos para llevar al campeón de España cadete a participar en un Europeo y un Mundial. Ahora separan sus caminos aunque David, igual que muchos de los miembros del ADZ, no olvidarán la labor de Carlos Vega.