Al aficionado del MMT Seguros le tocará esperar una jornada más para disfrutar de la primera victoria de su equipo tras la derrota (23-18) ayer del plantel pistacho en Puente Genil. Un tropiezo que manda a los de García Valiente al último puesto de la clasificación de una Liga Asobal en la que los "Guerreros de Viriato" son el único equipo que aún no sabe lo que es ganar.

El MMT Seguros trató de ser competitivo una vez más y poder así repetir el triunfo que logró en tierras cordobesas durante su primer paso por la élite. Sin embargo, en esta ocasión, los zamoranos se toparon con un inspirado Jorge Oliva. El guardameta pontano, con nada menos que un 58% de acierto bajo palos, fue uno de los factores claves por los que el ataque pistacho se quedó en solo un 38% de eficacia. Un porcentaje demasiado bajo como para poder conseguir punto alguno en la Liga Asobal.

Los zamoranos volvieron a dar la cara hasta el final, pero no estuvieron finos en ataque -ni siquiera Octavio- ante un defensa cordobesa muy agresiva y anduvieron a remolque durante demasiados minutos, tensando la cuerda hasta que se rompió en el último tercio de la segunda mitad.

Ninguno de los dos equipos fue capaz de hacer gol en sus primeras intentonas, de hecho el duelo se inició con una excelente parada de Calle casi a bocajarro, y tuvieron que pasar casi tres minutos para que se viera el primer tanto de la tarde, obra de un incisivo Paco Muñoz colándose desde el extremo. Después ambos siguieron mostrando un altísimo nivel defensivo, lo que unido a algún error no forzado y algo de mala suerte como un poste de Ábalos, llevó a otros tres minutos más sin goles, hasta que el local Moya finalizaba una contra con el segundo gol cordobés. Como no, el goleador zamorano y pichichi de Asobal Octavio sería el encargado de abrir la lata de los goles recortando distancias con un trallazo muy de su estilo, pero después el equipo de García Valiente siguió sufriendo mucho en ataque y cumplido el minuto diez de juego el marcador reflejaba un preocupante 4-1, nuevamente con gol de Muñoz al contragolpe.

Reaccionaron entonces los zamoranos de la mejor de las maneras y en cuestión de pocos minutos conseguían igualar el luminoso, 4-4 en el trece con goles muy repartidos y desde distintas situaciones. Aparecieronn después Oliva y el dueto Calle-Posado con buenas paradas en sus respectivas porterías, incluso desde los siete metros. El duelo se jugaba a un ritmo muy alto y con una exigencia física muy elevada, con defensas correosas y presionantes en un partido algo trabado y no exento de numerosos errores y malas decisiones. El marcador se movía despacio y con diferencias muy cortas, como cabía esperar antes del envite.

Sólo una exclusión y posterior siete metros lo hacían pasar de la mínima a los dos goles, pero todo estaba muy igualado y peleado, 7-6 a falta de cinco minutos para la llegada del tiempo de descanso era un marcador escueto pero justo según lo visto en pista.

Los pontanenses no eran capaces de dominar a un equipo zamorano que tenía problemas para ver puerta pero se defendía arropado y solidario. Mucho cambiaría en apenas cinco minutos pues los de Quino Soler supieron explotar muy bien los costados en ese tramo final de la primera parte y de la mano del lateral izquierdo Moyano, autor de tres goles en esos momentos, lograban un parcial de 4-0 que Jaime González minimizó un poco con su gol en el último ataque antes del bocinazo, 11-7.

Tras el paso por los vestuarios los de Eduardo García Valiente salieron a pista muy fuertes dispuestos a volver a meterse en la pelea por el resultado. Una exclusión temprana de Revin ayudó a que el marcador se moviera rápido, pero la calidad de los cordobeses y los porcentajes bajos de la portería provocaron que la desventaja volviera a ser de cinco goles, 14-9 a los tres minutos.

Se volvió entonces a una fase de protagonismo de los porteros, aunque la especialmente reseñable fue la del local Oliva, pero quizás fue entonces cuando se vieron los mejores minutos zamoranos, que en apenas diez minutos consiguieron darle la vuelta al marcador con un parcial sensacional de 0-5 que dejaba todo empatado, 14-14 en el minuto doce con el grupo de García Valiente corriendo veloz al contragolpe y obligando al banquillo local a parar el choque inmediatamente.

Tras un par de golpes rápidos entre ambos, 16-15, el duelo defensivo se recrudeció tensionando el juego y en esas aguas se supo mover mejor el Puente Genil. Ayudado por su caliente afición, con Oliva igual de acertado y teniendo fortuna y claridad en ataque, los cordobeses volvieron a endosarle a su rival un parcial de 4-0 que colocaba a los zamoranos contra las cuerdas, 20-15 poco antes del veinte.

Pese a las adversidades y presiones, de una cancha muy complicada y de verse una semana más sin victoria, una vez más el MMT Seguros Zamora buscó la remontada vaciándose hasta el final. No se descompuso nunca y dio la cara como en las jornadas anteriores, pero se notó el cansancio. Ese que ha arrastrado en las últimas tres jornadas tras hacer un gran esfuerzo por remontar un marcador adverso, el que también llega condicionado por las ausencias como la de Guille en la primera línea o la de Fafa, quien ayer finalmente no fue de la partida. Demasiadas limitaciones para superar a un Puente Genil que, con Oliva como baluarte defensivo y un casi perfecto Moyano liderando la anotación, cerró el partido sin mayores problemas (23-18).

La derrota, tercera consecutiva de los pistacho, deja al MMT Seguros como último clasificado tras la victoria ayer de Bidasoa Irún en cancha del BM Benidorm (24-27). Un resultado que no solo deja a los de García Valiente como colistas de la Liga Asobal sino también como el único equipo que no ha conseguido ganar un partido tras cuatro jornadas. Un dato preocupante que los zamoranos están obligados a superar pronto si no quieren verse seriamente descolgados en la lucha por la permanencia a las primeras de cambio. Sus aficionados así lo esperan y desean que el cambio de tendencia llegue frente a Ademar el miércoles. Hasta entonces, los de Viriato se ponen a la cola.

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