"Me voy triste porque los muchachos no se lleven ni un solo punto a casa" decía Eduardo García Valiente en rueda de prensa, visiblemente afectado por haber vuelto a caer tras un gran partido de los suyos.

Y es que los pistacho, que merecieron premio durante los sesenta minutos, repetían el guión de la semana pasada y acababan cayendo: "Va a llegar el momento en el que Zamora rompa la baraja y gane. Los puntos tienen que llegar porque no tengo que ponerle ni un pero a los chavales porque se han desfondado en la pista" explicaba el entrenador zamorano.

"Valorar el partido es muy difícil porque es una de las sensaciones más difíciles de todo lo que llevo entrenando en Zamora. Saber que haces buenos partidos, que das todo lo que tienes dentro, que jugamos bien, siempre estamos en partido y le compites a uno de los equipos que van a estar arriba y pierdes. La sensación es dura, difícil" comentaba García valiente mientras rememoraba, mentalmente, el partido de los suyos y el devenir liguero hasta la fecha.

El técnico no tenía claro que le había faltado a su conjunto para sumar un punto y sólo le pedía a los suyos que "creyeran" en que podían hacer grandes cosas: "La sensación es que tienen que creer que podemos ganar, que podemos puntuar con estos equipos. Jugando así, este equipo va a ganar partidos".

Uno de los puestos que ayer no estuvo del todo afortunado fue la portería, pero Valiente le quitaba hierro al asunto: "Seguro que con el Carlos Calle del primer partido y el Luis Posado de los últimos quince minutos de Puerto Sagunto, el partido lo habríamos ganado".