Jaime Rosón volvió ayer a tropezar en la especialidad ciclista que peor se le da, la contrarreloj, en una etapa que, sin embargo, se tomó con relajación pensando en los importantes retos que le esperan con la vuelta de la montaña en las próximas etapas. La contrarreloj de Logroño no defraudó y confirmó el favoritismo de Chris Froome, que sigue dominando a sus rivales en todos los terrenos y ayer sumó una nueva victoria en la ronda española, con Contador pisándole los talones y acercándose de nuevo al podio.

Jaime Rosón firmó el 139º puesto a 6´54 del líder del Sky y cede un puesto en la general para situarse como vigésimo séptimo, a una hora justa de Froome.

La de ayer era la décima contrarreloj individual que disputaba el zamorano desde que es profesional -también la más larga- y vino a confirmar que este es una especialidad en la que tiene todavía un amplio campo de mejora de cara al futuro.

Habría que remontarse a su última participación a la Vuelta a Zamora para encontrar una crono en la que Rosón rindió a gran nivel, aquella cronoescalada en la Cuesta Cavila de Toro donde terminó segundo, tan sólo superado por el campeón de España de la especialidad.

Pero desde que dio el salto al profesionalismo, tanto con el equipo Bolivia como con el Caja Rural, sus diez contrarrelojes no han pasado de discretas.

La mejor fue en 2014, corriendo con el equipo boliviano en la Vuelta a Santo Domingo cuando alcanzó un aceptable puesto 19º en una prueba de 10 kilómetros.

Ya con un nivel competitivo más alto, un año después, compitiendo como "stagiere" con el Caja Rural en el USA Pro Challengue terminaba 44º sobre una crono de 14 kilómetros.

El pasado año fueron cuatro las contrarrelojes que disputó con el Caja Rural RGA y en ninguna de ellas pudo mejorar el puesto 86º conseguido en la Vuelta a Andalucía sobre 21 kilómetros. En la Tirreno-Adriático firmó la 123ª plaza (10 kilómetros) y en la Comunidad Valenciana, la 125ª sobre 16 kilómetros. En la penúltima etapa de la Vuelta a España no pasó del 14º sobre 37 kilómetros.

Este año Rosón corrió su primera crono individual en la Etoile de Beseeges para ser 50º (11 kilómetros). Tambien en febrero corrió los 18 kilómetros de la crono de la Vuelta al Algarve para finalizar en el 93º puesto.

Su última actuación en solitario fue en abril en la Vuelta al País Vasco (27 kilómetros) donde terminó en la plaza 59ª.

El inédito Alto de Los Machucos y sus verticales rampas cercanas al 30 por ciento de desnivel tienen atemorizada a la Vuelta a España 2017, que hoy tiene que afrontar su ascenso sin saber a ciencia cierta la influencia que pueda tener en la resolución de la carrera este coloso cántabro que ha adoptado al Monumento a la Vaca Pasiega, que también da nombre a la llegada. Será una nueva opción para un especialista en grandes puertos como queda patente al pensar que sus dos victorias en el campo profesional las ha logrado en sendos finales en lo más alto de grande puertos.

La altimetría del coloso cántabro intimida: numerosas cuestas, una tras otra, con porcentajes por encima del 15 por ciento (16, 17, 18, 22 ...) y un par de ellas al 28 en los 7,2 kms. al 8,7 por ciento de pendiente media de su tramo más exigente.

Alberto Contador, a quien se le espera protagonismo en ellas, resume en diez palabras la opinión de los corredores sobre lo que les espera en la subida final de mañana: "Me han dicho que es una auténtica barbaridad, una locura".

Esos muros esperan a los corredores al inicio de la parte importante del alto que da fin a una etapa también de cuidado hasta llegar a la imponente subida final calificada por la organización como de Categoría Especial.