El zamorano Jaime Rosón, del equipo Caja Rural-Seguros RGA, terminó la quinta etapa de La Vuelta en la posición número 36 a cinco minutos y diecisiete segundos del ganador parcial, Alexey Lutsenko. En la clasificación general, Rosón perdió una plaza, y se encuentra en el puesto número 27, justo por detrás del madrileño Alberto Contador y situado como cuarto español de la general después del mencionado ganador de las tres grandes, Igor Antón y David de la Cruz.

Por su parte, el kazajo Alexey Lutsenko (Astana) brilló en el primer final en alto de la Vuelta imponiéndose en solitario en la etapa disputada entre Benicassim y Alcossebre, en la que Alberto Contador (Trek) entró en el grupo del líder Chris Froome (Sky), quien reafirmó su jersey rojo de líder.

Gloria para Lutsenko, un chico de 24 años que sacó oro de la fuga de la jornada. El campeón del Mundo sub 23 en 2012 estrenó su palmarés en una grande gracias a un ascenso que no pudieron responder sus rivales.

Los favoritos se vieron las caras tras un ataque de Froome al que solo respondieron Alberto Contador, el colombiano Esteban Chaves (Orica) y el canadiense Michael Woods (Cannondale). El madrileño ofreció una versión positiva y encabezó el grupo que a su vez metió tiempo a algunos favoritos de la Vuelta.

Froome endosó 8 segundos a Van Garderen, 11 a Adam Yates, Fabio Aru y Zakarin y 21 a De la Cruz, que se cae del podio. Diferencias no abultadas, pero significativas, que indican que Froome y Chaves están llamados al duelo estela.

Así pues, salió Froome líder de la primera llegada en alto. Van Garderen le sigue a 10 y Chaves a 11 segundos. De la Cruz se aleja a 23, quinto y primer español, Nibali a 36, Aru a 49, Yates a 50 y Bardet a 1.37.

En esta ocasión 17 corredores marcharon a las afueras de Benicassim, con Rubén Fernández y Marc Soler (Movistar), una pareja del Caja Rural formada por Lluis Mas y Héctor Sáez, el francés Alaphilippe (Quick Step), Lutsenko. el eritreo Kudus y el líder de la montaña, el italiano Villella (Cannondale), empeñado en defender su maillot de puntos azules de líder de la montaña.

Nunca pasó la ventaja de 4 minutos antes del último puerto. Después hubo tregua en la persecución. Así lo quiso el Sky de Froome, quien se encargó de manejar el ritmo del pelotón.

También decidió el Sky entregar la etapa a los hombres de la avanzadilla y negociar aparte la batalla de la general entre los gallos. Dejaron 6 minutos de margen a Haller y Lutsenko, los primeros en saltar y al grupo perseguidor con Soler, Kudus, Alaphilippe, Gougeard, Mohoric. Con 7 minutos a 16 de meta el vencedor saldría de la fuga.

Lutseko se fue con Kudus, a quien remató nada más poner la rueda delantera en el ascenso a Santa Lucía, iglesia blanca y mediterránea en lo alto de una colina, un puerto "denominación de origen Vuelta", corto pero matón. El kazajo se fue solo y en solitario se deleitó con su primera gran victoria. Un corredor de buen futuro, gregario de Aru en Astana y experto en fugas. Tiene triunfos en Vuelta a Suiza y París Niza. Supo aprovechar su primera oportunidad.

Por detrás estaban actuando los favoritos. Froome, después de un tremendo trabajo del Sky, sobre todo del italiano Gianni Moscon, infatigable, puso el molinillo a 2.000 metros de la cima instalada junto a la Ermita de Santa Lucía, patrona de los ciegos.

La patrona guió al británico, iluminó a Contador, empeñado en no retirarse antes de tiempo y al colombiano Chaves, dispuesto a ser la sombra del ganador del Tour. Nadie sacó los ojos al resto, como cuentan que hicieron con la santa, que luego volvió a ver, pero lo que se vio fue que Froome y Chaves están llamados a animar la Vuelta. Y que Contador se retira en Madrid, no antes.