Una vez más Benegiles se convirtió en la primera semana de agosto en la capital del motor de la provincia del Zamora con la celebración de su ya tradicional Slalom, una prueba a la que acudieron un gran número de aficionados y que gozó de todas las cualidades necesarias para convertirse una vez más en una actividad exitosa.

Si bien el calor volvió a ser el gran protagonista, la fresca brisa con la que llegó la tarde hizo mucho más llevadero a los aficionados poder ocupar su sitio junto al circuito para disfrutar de las genialidades de los participantes al volante. Aceleraciones de infarto, frenadas apuradas y giros veloces hicieron vibrar a los aficionados al motor que se congregaron en Benegiles para pasar la tarde en la prueba organizada por el Automóvil Club Zamora.

El número de pilotos no fue muy alto pero sí superior al de otras ediciones. Algo lógico, ya que cada vez cuenta con más relevancia el trazado de Benegiles pero la celebración de su Slalom se encuentra enclavada en mitad de las vacaciones de muchos de los habituales a este tipo de eventos deportivos. Pese a ello, hubo gran variedad de vehículos tanto en cuestión de marcas como en categorías, con máquinas de diferentes cilindradas en liza y midiendo sus fuerzas con el cronómetro como juez.

La cita, en la que también tomaron parte pilotos de más allá de las lindes zamoranas, cumplió con las expectativas y nadie quedó descontento con la tensión y la velocidad típicas del slalom. Y es que, una vez más, el trazado diseñado para la ocasión obligó a los participantes a dar lo mejor de sí mismos y a mostrar todas la capacidad de unos coches que llamaron la atención de los más pequeños y satisficieron al espectador más veterano y entendido.

Sin duda, una fiesta completa en la que, como no podía ser de otra forma, la figura del expiloto zamorano Ángel Nieto estuvo presente. Y es que, pese a que el "12+1" veces campeón del mundo estuviera íntimamente ligado al mundo de las motos, todos los ases del automovilismo admiraban al gran mito zamorano, quien también disfrutaba de la conducción de las cuatro ruedas hasta el punto de haber hecho sus "pinitos" de cara a citas profesionales.