Daba la sensación en el Maltepe Stadium de Estambul de que si la selección Castilla y León UEFA hubiera estado jugando un día entero, nunca habría marcado un gol. Ayer no fue el día. Hasta 27 ocasiones contabilizadas ante la Región 2 de Irlanda, algo fuera de lo común. El combinado arlequinado está físicamente como una locomotora, pero eso ayer no sirvió en su segundo compromiso de la fase final de la Copa de las Regiones. Empate sin goles que le mantiene como líder del Grupo B, pero que le obliga a ganar el jueves a la Región Sur de Rusia para poder estar en la final del domingo.

Con más de 35 grados y una alta humedad, aunque con ligero viento, el equipo castellano y leonés hizo su trabajo a la perfección, pero sin poder materializar. Está a la altura de esta competición, a la que el máximo estamento europeo del balompié otorga categoría principal: himno -no nacionales-, unión entre selecciones, saludo protocolario, árbitros internacionales y 'Respect'.

Ese nivel se hizo evidente ya en el minuto 2. Si el otro día, la primera que tuvo fue para adentro, ayer el hombre gol de este equipo, Roberto García Puente, disparó cruzado nada más arrancar el partido. Fue una de muchas. No quisieron entrar. Ni siquiera el cansancio acusado por los irlandesas ayudó.

Los arlequinados se hicieron dueños del partido desde el inicio hasta el final, como era de prever contra un equipo muy físico y protestón, con no muchos argumentos técnicos.

El estilo de juego anglosajón no permitía llegadas claras de los castellanos y leoneses, aunque tampoco ellos pisaron el área de Ackermann en prácticamente todo el partido. Un acercamiento, un disparo al larguero, de Hayes, autor del gol de la victoria de Región 2 frente al equipo ruso el pasado sábado.