Salió el sol que tanto había echado de menos Zamora en los últimos días de San Pedro. Salió el sol porque no quería perderse, él tampoco, la jornada deportiva en el Ruta de la Plata. Salió el sol porque, como dijo otro gran jugador zamorano, siempre amanece.

Casi nadie quiso perderse este partido al que el San Lorenzo había invitado a todos los clubes de fútbol de la provincia y todos, en mayor o menor medida, aparecieron en el estadio del Zamora CF, uno de los clubes en los que jugó Julián Bernal.

"Juli5" rezaba una pancarta que servía como homenaje al jugador, junto con un lazo rosa símbolo de la lucha contra el cáncer que se lo acabó llevando, un lazo rosa que el fútbol zamorano ya ha tenido que ondear demasiadas veces.

Las gradas empezaron a completarse con muchos amigos que Juli dejó en Zamora. Algunos conseguidos en el mundo del fútbol, otros en una infancia en la ciudad y en los pueblos. El Ruta de la Plata fue cogiendo colorido y, en un día como el de ayer, el tema de conversación era recurrente, hablando de los recuerdos que compartían con el jugador.

En los vestuarios, la misma rutina de siempre con un cosquilleo especial en el estómago porque muchos de los que saltaron al terreno de juego se siguen calzando las botas casi a diario. Sin embargo, este no era un partido cualquiera. En uno de esos recintos sagrados que son los vestuarios se amontonaban los recuerdos porque en él estaban los jugadores que más tiempo compartieron vestuario con el malogrado futbolista. Un vestuario que vivió las mieles y los sinsabores de la regional de aficionados, un equipo morado que ayer saltaba al campo sin su número cinco, que ayer, igual que desde hace unos meses, estaba incompleto.

La familia de Julian Bernal saltaba al césped para hacer el saque inicial de un partido que nunca habría que haber jugado y, rodeados de tanto cariño hacia Juli, el balón pesaba un poco menos. Al homenaje de sus amigos se quisieron unir el San Lorenzo y el Zamora CF, dos de los clubes que defendió en sus años de formación y dos camisetas que ahora siempre estarán en su casa. Un dorsal "5" que siempre que pudo fue unido a su persona.

Conchi, madre de Juli Bernal, sacó fuerzas para dirigir unas palabras a todos los presentes y agradecer a todos su presencia y el cariño recibido durante estos meses.

Antes del triangular tuvo lugar el que, quizá, fue el minuto más complicado para todos, ese en el que se guardó silencio y en el que, las emociones brotaron en muchos de los participantes que no pudieron contener las lágrimas. Fue un minuto largo en el que a cada uno de los presentes, de las cerca de 300 personas que, bien en el césped o en la grada, ponían su granito de arena para recordar la figura de Julián Bernal Nieto, se le vinieron a la cabeza tantos momentos que sentir un nudo en el estómago era lógico.

"Vale la pena luchar por lo que vale la pena tener" ponía en las camisetas de los amigos de Juli como un mantra de lucha contra la enfermedad, como un mantra de lucha contra la falta de un amigo. Una frase que se ha quedado grabada a fuego en la cabeza y el corazón de todos los que compartieron la lucha junto a él.

Y después llegó el fútbol, el triangular que fue hasta de cuatro equipos, en el que lo menos importante era el resultado porque ahí arriba salió el sol para poder ver el cariño que recibía Juli.