Se repite la historia de hace diecinueve años con los mismos clubes. Cambia el escenario, que ahora corresponde a Cardiff, y que en esta ocasión deja en un segundo plano los allí tan arraigados rugby y golf para dar paso a su majestad el fútbol. Y no hay deja vu posible porque Zidane ya no viste los colores cebras y el Mijatovic de turno es ahora nada más y nada menos que Cristiano Ronaldo, mascarón de proa de los madridistas, que sueñan con el doblete una vez conseguida la Liga.

¿Favoritos? Esa radiografía que son las apuestas da una ligera ventaja para? Bueno, olvídense de los pronósticos: los dos equipos han llegado a este momento crucial de la temporada en un excelente estado de forma y esta final no hace si no justicia a los dos mejores. Por ello anticipar pronósticos casi es confundirlos con los deseos de cada uno. Esta Juve muy segura atrás, temible y enrachada, puede optar por dos o tres centrales (ya saben, la otra BBC), con dos carrileros en los que destaca ese viejo conocido que es Alves, un centro del campo muy consistente y adelante otros dos quebraderos de cabeza que son Dybala y Gonzalo Higuaín, este no necesita presentación. No, no nos olvidamos de ese mito del fútbol: Buffon (39 años), sin comentarios. Equipo compacto, seguro, sobrio y que se desdobla con rapidez y sentido.

Todo un reto para este Real que quiere repetir título, que está muy afinado en este final de temporada y que emite buenas sensaciones. El sonriente Zizou parece que contará con Carvajal, plenamente recuperado, y que deshojará la margarita a favor de Isco: o sea un tranquilizante 4-4-2. En los descartes para el banquillo se aclararán algunas de las salidas del verano. Coentrao, Pepe, ¿James? Luego, tranquilidad. No olviden que en Liga sacó más puntos fuera que en casa, y que un tercio de sus goles llegaron pasado el minuto 75.