Javier Miguel (Zamora, 1988) lleva varios años ligado al mundo de los banquillos. Primero, como entrenador de uno de los equipos más fuertes que ha tenido el CD Zamarat en categoría junior; más tarde, como ayudante del primer equipo. Del club naranja, saltó al Virgen de la Concha, donde ejerció como segundo de David Barrio en el EBA antes de pasar a técnico principal al inicio de la campaña 2016-2017. Después de un año complicado, llegó el premio de la salvación.

- Tras su experiencia como segundo entrenador junto a David Barrio, le tocó asumir el liderazgo en el banquillo. ¿Qué balance hace de este año?

-Yo creo que el balance tiene que ser positivo. Era un paso que había que dar en algún momento. Ha sido un año en el que hemos sufrido, pero hemos aprendido de la mano. Ha habido altibajos, pero como primera experiencia saco buenas conclusiones.

-¿El equipo ha funcionado como esperaba?

-Había dudas porque fichamos gente muy joven y el equipo tenía una media de edad de veinte años. Era la apuesta que teníamos desde el principio, que viniera gente a mejorar. Algunos jugadores han dado ese paso y han demostrado el nivel que esperábamos, y otros no han rendido al nivel que deseábamos. Es lo que hay. Cuando fichas a tanta gente de fuera a veces es una lotería.

-¿Les ha penalizado en exceso la irregularidad mostrada en algunas fases del campeonato?

-Sobre todo fuera es donde podríamos haber dado un pasito más, aunque hemos ganado a tres de los equipos que han bajado. Luego, en casa sí que hemos jugado buenos partidos, como el de Mieres o el de Orense. Incluso, el último contra La Flecha. Lo que es cierto es que hemos padecido el hecho de jugar un día bien y creer que ya lo teníamos todo hecho.

-¿Tiene la sensación de que podrían haber sufrido menos si hubiesen ajustado eso?

-Sí. Tampoco hemos encadenado rachas de más de tres derrotas, pero hay momentos en los que podríamos haber dado un paso más. Recuerdo, por ejemplo, el partido de La Flecha fuera, después de haber ganado a Orense, que nos marca, o el de Gijón en casa? pero desde el principio sabía que íbamos a sufrir. Es algo que le dije a Nacho y a Tomás al principio y se lo repetí al final.

-¿Cómo ha visto el nivel del grupo ya sin CB Zamora y Agustinos?

-Ha sido una liga súper igualada. Salvo Seis do Nadal, que no ha ganado ningún partido, yo tenía la sensación de que podíamos ganar a cualquiera y que cualquiera nos podía ganar. Eso es lo que ha marcado el año. Hasta las dos últimas jornadas, muchos nos hemos estado jugando la fase de ascenso por un lado y el descenso por el otro.

-¿Conforme con la permanencia?

-Al final, lo que contaba era eso, conseguir la permanencia. Ha sido un año muy difícil, muy duro. Yo se lo decía a la directiva: hemos trabajado mucho y hemos hecho grandes esfuerzos y al final el año estaba marcado por si descendíamos o nos manteníamos. Nos ha costado mucho.

-¿El modelo de fichajes debe mantenerse de cara al futuro?

-El mercado al que podemos aspirar es muy limitado, pero el modelo tiene que ser ese, de gente joven que quiera venir a jugar y tender a que los junior puedan tener una oportunidad. Es muy complicado, porque lógicamente se van a estudiar fuera, pero la mano que nos ha echado a nosotros este año David o la aportación de Frades son importantes.

-A nivel de base, este año existirá también la competencia del CB Zamora. ¿Qué le parece?

-Es un tema complicado, porque todo el mundo va a querer niños y el nivel no es alto. En el PRD estamos quedando novenos o décimos de Castilla y León y esos chicos son los que pasan a infantiles. Tampoco hay técnicos para todos los equipos que se quieren hacer. Y pasa en masculino y en femenino.

-¿Seguirá la temporada que viene al frente del equipo?

-Está complicado. Uno tiene una edad y prioridades. Del baloncesto es muy complicado vivir y al final dedicas mucho tiempo a esto. Está difícil renovar.