Tras una mañana frenética, Carlos Garrote logró dos medallas en la jornada final de la Copa del Mundo de Sprint que se está disputando en Szeged (Hungría). El palista zamorano se vio obligado a competir dos veces en apenas una hora, pero logró sacar fuerzas para subir al cajón tanto en el K-1 200 como en el K-4 500.

La primera de las preseas del zamorano llegó en la prueba individual de velocidad. En la distancia de 200 metros, y partiendo desde la calle 4, Garrote inició bien la carrera, con autoridad. De hecho, consiguió pasar el primer 100 en cabeza, controlando la situación por la zona central y dando la sensación de tener el triunfo en la mano.

Sin embargo, en la segunda parte de la prueba, emergieron las figuras de Heath y Beaumont, que comenzaron a recuperar terreno desde las calles siete y ocho y que terminaron superando a Garrote en las últimas paladas.

Al final, el británico Heath se hizo con el oro, por delante del francés Beaumont, que se quedó a 54 milésimas de la primera posición. Casi a continuación, a dos décimas, entró Garrote, cerrando el podio y sumando su primera medalla de la jornada. No sería la última.

Y es que, apenas 45 minutos después, el zamorano volvió al agua para encabezar la embarcación española en el K-4 500, una prueba en la que el equipo nacional aspiraba a la medalla de la mano de Garrote, Rodrigo Germade, Marcus Cooper y Cristian Toro.

Esa aspiración se tornó en esperanza palpable desde el inicio de la prueba. De nuevo encabezando una gran salida, y sobreponiéndose al cansancio de la carrera anterior, Garrote puso un ritmo alto junto a sus compañeros y la embarcación española tomó ventaja en los primeros metros de la prueba.

De hecho, desde el principio se vio que tan solo Alemania tenía el ritmo del K-4 español. Los germanos aguantaron el primer tirón y se pusieron a la par de Garrote y los suyos al paso por el ecuador de la prueba.

A partir de entonces, el ritmo de la embarcación española descendió y Alemania tomó definitivamente el mando de la carrera para lanzarse a por el oro. Por detrás, República Checa trató de apretar en busca de asaltar la segunda posición, pero el equipo nacional supo aguantar para certificar la plata.

Al final, Garrote y los suyos firmaron un tiempo de 1.19.30, a apenas seis décimas de la primera posición y con una renta similar sobre los checos, que alcanzaron el bronce y que acabaron aprentando en la recta final aunque sin opciones de alcanzar una plata que tenían muy amarrada los cuatro componentes del kayak español.