Bajo la apariencia de hombre tranquilo y educado que Eduardo García Valiente acostumbra a mostrar frente a los medios de comunicación, el técnico salmantino esconde bajo su piel los nervios propios de una fase de ascenso. Una intranquilidad fruto de la incertidumbre de lo que perseguir un ascenso supone y que, por mucha experiencia que se tenga, acontece cada año que el MMT Seguros se juega algo importante. Un factor que el entrenador combate con la confianza en su equipo de cara a la que considera la cita más igualada de cuantas ha disputado con el cuadro de Viriato.

-¿Cómo encara el equipo esta nueva fase de ascenso?

-Pues con una mezcla de sensaciones. Hay muchas ganas, cierta ansiedad, nervios e ilusión. Es una amalgama de sentimientos complicada de manejar la semana previa a la fase pero habitual. En cuanto al plano físico, creo que estamos preparados para dar nuestra mejor versión que es para lo que hemos trabajado.

-¿Hay algo diferente respecto a otros años?

-No, es bastante similar a la previa de otras fases de ascenso. Siempre están presentes las ganas y los nervios. La diferencia está en el carácter de los jugadores ante el reto, pues Ander o Adrián no afrontan la semana previa como Camino o Molina. Eso sí, tienen el mismo hambre y ambición. Y eso es lo importante y lo que prevalece.

-¿Y usted? ¿Tiene sensaciones distintas a otras veces?

-Yo estoy como siempre antes de una fase, muy nervioso. En una escala del cero al diez estoy en el 9,99, como lo estaba el año pasado. Creo que es el papel que le toca al entrenador, vivir al borde de esa escala por la incertidumbre de qué ocurrirá en esta aventura, en esta historia que está por escribir y en la que, por mucho que te prepares, no sabes que puede ocurrir.

-¿Qué es lo que más le preocupa antes de encarar esa aventura?

-Evidentemente, que no pase nada en lo que resta de semana que pueda estropear el trabajo hecho hasta ahora como cualquier lesión. Y, después, que nos salgan bien las cosas. Es decir, que si perdemos en semifinales o en la final sea porque el rival es mejor que nosotros. Se puede perder pero no por demérito nuestro. Tenemos que ser fieles a nosotros mismos, hemos hecho nuestro mejor trabajo y debemos ir tranquilos para hacer el mejor balonmano posible y darlo todo. Después se verá el resultado.

-¿Y su mayor confianza a la hora de jugar la fase?

-El grupo de jugadores, eso está claro. Tengo confianza máxima y plena en los distintos jugadores que van a viajar a la fase. Son capaces de jugar a gran nivel y de superar cualquier reto. Se dice que durante la semana el jugador está en manos del entrenador y en el partido, a la inversa. Pues, a día de hoy, creo que estoy en muy buenas manos. Estoy tranquilo porque sé que pueden jugar a un altísimo nivel.

-Un alto rendimiento que será clave en "El Pandero" según el guión previsto.

-Sí, Esta es la fase más igualada de los últimos años. Quizá Palma del Río esté un punto por encima porque juega en casa pero, desde luego, los cuatro equipos estamos muy parejos en el aspecto deportivo y los encuentros se decidirán por marcadores justos y pequeños fallos. Además, creo que la calidad y el nivel del juego será mayor porque todos tuvimos tiempo para preparar bien la cita. Va a ser una competición muy dura.

-Comenzando por el duelo de semifinales.

-Sin duda. Va a ser un partido a cara de perro como fueron los dos choques ligueros. Un duelo de sufrir, bajar al barro y pelear cada pelota porque BM Torrelavega tiene las cosas muy claras.

-¿Cómo son los cántabros?

-Es un grupo que viene de ascender el pasado año y mantiene gran parte de la plantilla. Diego ha hecho una gran labor y su equipo está muy trabajado, combinando gente joven de calidad terrible con veteranos que aportan esa solidez defensiva. Juega rápido al contragolpe y nunca pone las cosas fáciles.

-¿Qué habrá que hacer para ganar esa semifinal?

-Tenemos que manejar bien los dos aspectos clave en los que incidimos durante el año. Fundamentalmente, el ritmo del partido. Si llevamos las riendas, somos un equipo muy difícil de superar siempre pero, cuando no estamos cómodos, sufrimos bastante. Después, estar organizados y juntos en defensa para poder frenar su potencial.

-¿Cree que influirá el hecho de no poder dormir todos juntos en la última jornada? ¿Ha decido ya como se repartirán entre dos hoteles?

-Aún no lo he pensado, le daré una vuelta el viernes al reparto, que no lo veo un gran problema pero me da rabia que sea así. Al final, una fase es una experiencia humana y es bonito poder disfrutarla todos juntos como la del año pasado, que yo nunca olvidaré. No creo que influya, nuestra obligación es que no lo haga, pero es una lástima dividirnos.

-¿Y qué puede influir?

-Quizá pese más el intenso calor de jugar en Palma del Río. Lo hará a todos los equipos por igual pero, está claro, que si no te adaptas bien a esa circunstancia cualquier partido se te puede poner cuesta arriba rápidamente.

-¿Ha valorado ya que supondría la temporada con y sin ascenso a Liga Asobal?

-No es el momento de valoraciones. No tenemos que pensar en lo que se puede conseguir, en premios o proyectos. Es hora de centrarse en cosas tangibles, en cómo vamos a jugar el partido, en cómo voy a hacer los cambios y dirigir el partido. Preparar la que será nuestra más inmediata realidad. Eso es lo que estamos haciendo, lo que toca esta semana para competir. Ya habrá tiempo para el resto.