No era un partido normal y eso se notó en las inmediaciones de La Rosaleda desde primeras horas de la mañana cuando los aficionados blanquiazules pudieron disfrutar de hinchables, diferentes juegos y pequeños torneos que tuvieron sus premios en los prolegómenos del partido. Además, se contó con la visita de los jugadores del primer equipo que se hiceron diversas fotos con la afición e incluso firmaron autógrafos a los más pequeños. Tras la mañana lúdica, aficionados y todos los canteranos disfrutaron de una comida de hermandad previa a la realización de la foto oficial de la temporada en la que posaron todos los estamentos del Atlético Benavente que no querían perderse un partido con poco interés deportivo para los locales, pero con la importancia de un derbi que llevaba muchos años sin poderse ver, en partido oficial, en la villa benaventana y que se saldó con victoria local.