Los clubes, recelosos de su imagen, suelen impartir charlas a nivel interno advirtiendo a los futbolistas sobre el uso de las redes sociales. Allí les advierten sobre el riesgo de un mensaje en un contexto equivocado. En las malas, cualquier frase puede ser usada en contra. Tras el incidente protagonizado por Al-Thani, propietario del Málaga, quizás se imponga ampliar las lecciones a los hombres en los despachos. El jeque lanzó su exabrupto en Twitter al ser preguntado por el papel de su Málaga en la última jornada, cuando se enfrentará al Madrid, quizás con la Liga en juego. "Con la ayuda de Dios serán lapidados (les ganaremos) en el campo. Pero la escoria de Cataluña no va a sentir el olor de la Liga después de sus mentiras sobre Míchel", fue su respuesta.

La historia tiene un protagonista con gancho. Míchel, símbolo madridista, al que aún no se le ha contado ningún borrón en los banquillos, El técnico abrió las puertas a la especulación cuando le preguntaron por el desenlace de la Liga.""Yo soy mucho más madridista que Valdano", aseguró en referencia a las dos Ligas que el Madrid se dejó en Tenerife. Matizó después en otra emisora: "Es mi Madrid, pero también mi Málaga. Mis jugadores no entenderían su esa semana yo mirara a otro lado".

En una competición que en los últimos tiempos está caracterizada por el ruido, donde los tuits de Piqué adquieren la misma trascendencia que los goles de Messi y donde las actuaciones arbitrales se examinan con el más potente escáner, la reflexión inicial de Míchel sirvió para encender la mecha.

El fútbol de la élite es para profesionales. Es muy difícil encontrar en un mundo tan competitivo alguien que se deje llevar por los colores. Las sospechas sobre Míchel parecen infundadas, a pesar de la referencia a Valdano, aunque la intervención de Al-Thani ha terminado por sacar las cosas de quicio.

Afortunadamente, tampoco se ha reparado demasiado en la primera parte de la reflexión del jeque. Lo de "serán lapidados en el campo". Madrid y Barça apuran sus opciones de conquistar la Liga en un final que garantiza espectáculo. El fútbol sale ganando con un sprint tan igualado, entre dos gigantescas instituciones, aunque personajes como Al-Thani y algunas sospechas infundadas intenten ocultar lo realmente importante: el fútbol. Y sus profesionales.