Jaime Rosón vio ayer cómo se le escapaba la victoria final en <a href="/especiales/vuelta-espana/" title="la Vuelta">la Vuelta</a> a Croacia tras una etapa final que resultó decisiva al contrario de lo que podría pensarse por su trazado. El zamorano había salido triunfador de la durísima etapa reina en la que volvió a imponerse a su gran rival en Croacia, Vicenzo Nibali, un gran campeón que sabe lo que es ganar Giro, Tour y Vuelta. Había dado toda una lección de estrategia y condiciones de escalador a uno de los mejores escaladores del mundo en la última década.

Ya había mostrado sus cartas en la primera etapa montañosa en la que alcanzó el segundo puesto, por delante también de Nibali, pero la victoria en el puerto de categoría especial de Ucka destapó todos los elogios en la prensa internacional hacia el escalador zamorano que justo un año después de lograr su primer triunfo en la Vuelta a Turquía, repetía ahora en Croacia, pero frente a todo un superclase y a su equipo de categoría UCI Pro Team.

La última etapa entre Samobor y Zagreb no parecía especialmente complicada para que Rosón y sus compañeros del Caja Rural RGA defendieran sin problemas ese primer puesto que el zamorano ostentaba con tan sólo 2 segundos de ventaja. Eran 145 kilómetros de perfil prácticamente llano (tan sólo dos puertos de Tercera que no influían para la clasificación de la Montaña que ya tenía segura Rosón), pero la gran sorpresa estaba en el circuito final por las calles de Zagreb.

Pero todas las previsiones que podría haber trazado el Caja Rural RGA se vinieron abajo tras un despiste inexplicable que permitió a Nibali sumar los tres segundos de bonificación que había en el sprint especial situado a escasos kilómetros de la salida. El italiano recuperaba así el maillot rojo de la general y dejaba a Jaime Rosón con un palmo de narices al darse cuenta que le acababan de robar la cartera.

Hubo pues que reaccionar, y reaccionó el Caja Rural RGA que en esta ocasión dirigía el "capo" Eugenio Goikoetchea. El Caja Rural mandó por delante a Dylan Page en la escapada de quince corredores que protagonizaría la jornada. El grupo fue perdiendo unidades hasta llegar al circuito de 7 kilómetros por las calles de Zagreb. Fue toda una emboscada para un pelotón que no se esperaba un final tan difícil en el que había un revirado callejeo por calles estrechísimas, un kilómetro final adoquinado y en fuerte ascensión y hasta peligrosísimas vías de tranvía en una zona.

El Caja Rural tomó la iniciativa en el penúltimo paso por la dura ascensión final. Rosón, ayudado por sus compañeros, especialmente por Diego Rubio, intentó descolgar a Nibali pero no lo consiguió, y en el último kilómetro, el italiano cogió la rueda de Sacha Modolo, que se adjudicaría la victoria de etapa, para descolgar ligeramente a Rosón que entraba en la meta en el puesto undécimo pero cediendo 7 segundos, ya sabedor que el liderato estaba perdido.

Con su habitual tono mesurado, Rosón reconoció que "ha sido un día difícil, está claro. El equipo ha hecho un trabajo formidable y es una pena. He perdido la batalla con uno de los mejores ciclistas de la historia, así que tampoco es tan grave como parece. En la montaña he sido el más fuerte, pero no siempre gana el más fuerte. Toca levantar la cabeza y seguir, que la temporada es larga y el mundo no se acaba aquí".

Por su parte, Eugenio Goikoetxea aseguró que "el balance de esta semana es bueno: hemos acabado segundos en la general, hemos ganado una etapa y nos hemos llevado el maillot de la montaña por delante de un corredor como Nibali. Además de todo eso, hemos hecho un buen trabajo, hemos estado metidos siempre en carrera desde el primer día, así que yo creo que es para estar satisfechos. A partir de ahora, a seguir esta misma línea en las próximas carreras".

Esta participación en la Vuelta a Croacia permitirá a Rosón sacar muchas conclusiones sobre lo difícil que es ganar en el campo profesional. Porque Nibali nunca le superó en carrera hasta la recta final de ayer. El italiano le arrebató el liderato gracias a un inexplicable corte en el pelotón producido en la cuarta etapa, y ayer se lo volvía a birlar en ese sprint especial que Rosón nunca olvidará. Aunque en el lado positivo, supone todo un orgullo la suficiencia con la que afrontó las duras citas con la montaña donde fue el mejor pese a no contar con un equipo del nivel de algunos de sus rivales y, en especial, de Nibali.