Rafael Nadal superó al belga David Goffin, por 6-3 y 6-1 en una hora y 29 minutos y se clasificó para disputar la final del torneo de Montecarlo, donde luchará por ganar el título por décima vez, y donde tendrá como adversario a su compatriota Albert Ramos en la que será cuarta final española del torneo.

Antes Albert Ramos culminó la semana más importante de su carrera al derrotar al francés Lucas Pouille, por 6-3, 5-7 y 6-1 en dos horas y 15 minutos.

Juan Carlos Ferrero derrotó a Carlos Moyá en la de 2002, Nadal hizo lo propio con Fernando Verdasco en 2010 y un año después el de Manacor se impuso a David Ferrer, en la última final monegasca con total color español.

El Nadal-Ramos será la primera final en el Principado entre dos zurdos, después de la de 2010, con Nadal y Verdasco (6-0 y 6-1)

En el arranque de la temporada de tierra batida, Nadal jugará este domingo por el récord de su décimo título en Montecarlo, el 29 Masters 1.000, el 50 sobre tierra batida con el que rompería el empate que mantiene con el argentino Guillermo Vilas, y el 70 de su carrera, primero desde el de Barcelona el 24 de abril de 2016, cuando derrotó al japonés Kei Nishikori en la final.

Tuvo que sudar el de Manacor, y sufrir para derrotar a Goffin, el jugador que más victorias lleva esta temporada, con 23, porque en su primer enfrentamiento oficial contra Goffin (le había ganado a principios de año en la exhibición de Abu Dabi) llegó a ir perdiendo por 3-1.

Luego, en el sexto juego, se produjo el momento clave. Corría el minuto 35 y dominaba el belga, 3-2 con rotura gracias a un sólido revés a dos manos, y dispuso de una oportunidad de marcar el 4-2, cuando una bola del español fue cantada fuera por el línea.

El jugador belga se dirigió a ella y la marcó fuera, pero el juez de silla francés Cedric Mounier quiso bajar y mirar el bote a continuación.

Mounier decidió que la bola de Rafa era buena y que se repitiera el punto, ante las airadas protestas de Goffin que defendía con todas sus fuerzas que ese no era el bote. Tras la decisión, Nadal ganó ese polémico juego después de 16 minutos y luego sumó en total cuatro a continuación para hacerse con el parcial en 57 minutos.

La superioridad de Nadal en el segundo parcial fue indiscutible. Sólido al fondo, controlando mucho mejor el revés a dos manos de Goffin que le había crucificado en el primero, rompió pronto (2-1) y de ahí hasta el final dominó con tranquilidad.

Goffin no cedió hasta la tercera bola de partido, felicitó con exquisita deportividad a Nadal en la red, pero luego no dio la mano a juez de silla Mounier.

Antes, Ramos había logrado el sueño de su vida, disputar una final de un Masters 1.000, que independientemente de si gana a Nadal o no, conllevará entrar de manera automática entre los 20 mejores del mundo, con el puesto 19 garantizado.

Ese es el premio tras vencer a dos 'top ten' de forma consecutiva: el británico Andy Murray (1) y el croata Marin Cilic (8), y templar este sábado sus nervios más que nunca en el partido en el que más se jugaba, y salir airoso de la cita con el francés.

La clave fue controlar sus emociones y acertar con su servicio. Ramos quebró tres veces a Pouille, un jugador de talento, con gran pegada si se encuentra parado en la pista, pero que hoy estuvo poco fino con su servicio, con un porcentaje de 46 por ciento con el primero de ellos.

No obstante, el francés no se amilanó ante esta perdida y mejoró después para ganar el segundo parcial sin ceder su saque. Pouille, que había derrotado a Ramos en los cuartos de final del torneo de Auckland en 2015 (6-3 y 6-2) quería suceder a su compatriota Gael Monfils, finalista la temporada pasada contra Nadal, pero Ramos eligió el mejor marco, la pista central de Montecarlo, para sacarse esa espina.

La confianza del de Mataró y su espectacular serenidad le llevó a afianzar su tenis en el tercer set y subir sus ganadores, hasta apagar a Pouille.

"Mañana [por este domingo] hay que intentar dar el máximo otra vez, jugar un buen partido y, por qué no, levantar el título", explicó Ramos ante el duelo contra el considerado mejor jugador sobre tierra de la historia contra el que se ha enfrentado dos veces, siempre en tierra batida: ambas en el Conde de Godo, en 2013 (6-3 y 6-0) y 2014 (7-6 y 6-4).

En su contra figuran los tres duros partidos anteriores contra Murray, Cilic y Pouille, todos a tres sets, mientras que Nadal llega más descansado al ganar sus tres últimos sin ceder una manga: a Alexander Zverev, Diego Schwartzman y ahora a Goffin.

"Me he encontrado muy bien físicamente, con mucha intensidad. No me he venido abajo después de perder el segundo set y estoy muy contento con la victoria, porque supone estar en la primera final de Masters 1000", destacó Ramos, ganador de su único título en la tierra de Bastad y cuarto finalista en Roland Garros el año pasado.