No hacía falta que Manolo, el speaker del MMT Seguros, pidiera al final del partido que el público se pusiera en pie para despedir a los suyos pero, nada más pedir que la grada se levantara, todo el Ángel Nieto arrancó una salva de aplausos que no terminó hasta varios minutos después del pitido final del encuentro entre los zamoranos y el FC Barcelona. Una contienda que terminó con 34-30 en el marcador fruto del gran encuentro de los zamoranos en la tarde de ayer, actuación que recibió su premio en los dos puntos -importantes de cara al futuro- y el gozo de una hinchada que puede empezar ya a pensar en la fase de ascenso.

Los "Guerreros de Viriato" fueron ovacionados con justo merecimiento. Firmaron uno de los partidos más completos del campeonato, el mejor como locales en lo que va de temporada, y mostraron de qué son capaces cuando su engranaje cuenta con todas sus piezas y está bien engrasado. Una maquinaria que ayer no tuvo fácil ganar pero que consiguió una victoria mayor que superar al FC Barcelona B, la que supone mantener un alto nivel de juego durante los 60 minutos de juego. Un éxito que llevaba persiguiendo mucho tiempo.

La contienda arrancó con ambos equipos demostrando su potencial ofensivo para alegría del respetable. Las defensas eran incapaces de frenar las mejores cualidades de sus oponentes, bien fuera la velocidad de un Guille desatado en su regreso a las pistas o la clase de Castro, pilar indiscutible de los blaugrana. Así, no fue de extrañar que el choque cayera nada más empezar en un intercambio de golpes con alternancias en el marcador repleto de goles de bella y contundente factura (6-7, m. 10).

El MMT Seguros apostaba por su colectividad, con finalizaciones desde diversas posiciones, mientras el filial catalán basaba su juego en la pólvora de su primera línea a la espera de que Leo Maciel no entrara en juego fusilándolo a cañonazos. Pero, tras varios minutos, el argentino comenzó a responder bajo palos y los zamoranos lograron un parcial de 3-1 con goles de Octavio y Ceballos (9-7, m. 14).

El FC Barcelona B reaccionó de inmediato pero el MMT Seguros se sentía cómodo. Tanto que comenzó a soñar con poder romper el partido al paso por el cuarto de hora al ponerse con tres goles de ventaja (12-9) pero los visitantes no cejaron en su empeño y con Castro exhibiendo brazo volvieron a igualar la contienda (13-13, m. 23).

En ese final del primer periodo se pudo observar que los de García Valiente trabajaron de lo lindo durante el parón liguero. No solo se mantuvieron al frente en el luminoso (17-16 al descanso) sino que salieron indemnes de su primera inferioridad y mostraron tanto buena defensa como capacidad goleadora en el juego estático y en primera oleada.

No era la primera vez en liga que el MMT Seguros se lucía en los 30 minutos iniciales y, dada la entidad del rival o lo ajustado del marcador, se preveía un segundo tiempo complicado en el que la dura radicaba en si los locales podrían mantener su nivel de juego para hacerse con los dos puntos. Incógnita que se resolvió en apenas diez minutos, con una vuelta a pista espectacular del cuadro de Viriato.

El MMT Seguros no solo contó con las paradas de Maciel bajo palos, clave ayer, también defendió con más garra y cabeza en el segundo acto. Cerró las vías de peligro para Castro, como su conexión con Tremps o sus penetraciones, y forzó malos tiros de un FC Barcelona B que empezó a perder la compostura.

Sin acierto en ataque y una defensa poco efectiva, los visitantes fueron presa fácil del MMT Seguros, que al contragolpe volvió a irse de tres tantos, y de los nervios. Intranquilidad que se tradujo en una clamorosa doble exclusión que enterró las opciones blaugranas de puntuar.

El cuadro de Viriato olió sangre y, esta vez, no falló a la hora de aprovechar la ocasión. Voló sobre la pista y con Fafa como cuchillo en primera oleada, elevó la diferencia a siete tantos (27-20, m. 41). Una renta que resultó insalvable para el FC Barcelona B, que luchó por volver al partido pero que solo pudo maquillar el tanteo ante un MMT Seguros dispuesto a no levantar el pie del acelerador para alegría de su público. Una grada feliz tras un partidazo de su equipo, un grupo que al completo es otro y que dejó claro que el parón liguero le ha venido más que bien.