Varios cientos de galgueros, familiares y amigos se dieron cita ayer en el funeral oficiado en la iglesia parroquial de Andavías por el eterno descanso del único campeón de España de galgos zamorano, Genero Martín Malillos, que falleció de madrugada debido a una dura y larga enfermedad.

El acto congregó a galgueros de Zamora y provincias cercanas que acudieron a rendir el último homenaje a un compañero que transmitió durante toda su vida el amor por esta disciplina deportiva que cultivó desde todos los puestos posibles: tanto como criador y magnífico competidor, como desde la óptica del cargo técnico o del dirigente federativo. Además realizó junto a José Roncero una gran labor de gestión en el coto de Granja de Moreruela, uno de los de mayor prestigio de nuestra comunidad autónoma.

Generoso Martín Malillos, muy conocido en Zamora por regentar durante varias décadas el bar Nápoli, en la avenida Tres Cruces, nombre que adoptó cuando creó el club Nápoli con el que alcanzó dos finales del Campeonato de España con perros de su criadero, y el máximo título español con la perra salmantina Lagartija de la Maluca, hace dos años en Madrigal de las Altas Torres. En 1991 compitió en el Nacional con Obús, macho de una gran calidad, en la edición en que vencería Anita y con Judía, el año 2001 en el que Clamores se llevaba la corbata. Además, con Polvorilla, Zagala y Pastora alcanzó la final de la fase de Castilla y León.

Al funeral y posterior entierro en su localidad natal, Andavías, asistió en representación de la Federación de Galgos, el juez toresano José Antonio Castrillo, junto a los dirigentes de la Asociación del Galgo Español y de la Copa Zamora, de la que fue fundador y uno de sus principales promotores. También rindió su último adiós a Martín Malillos el matador de toros Andrés Vázquez, con el que mantenía una buena amistad.

Muestras de afecto

Las muestras de afecto llegaron desde todos los puntos de Castilla y León y de otras comunidades con tradición galguera. Entre ellas, la de Francisco Salamanca, ex presidente de la Federación Territorial, y veterinario quien remitió un mensaje en el que recordaba "cuando siendo juez, se cayó del caballo en la última carrera de un día de perros en Madrigal, ya anocheciendo. Le pregunté que si estaba bien y, con el golpazo se fue a casa, no le dió mucha importancia. "Hasta mañana", dijo y de madrugada le tuvo que llevar su hija al hospital. Le extirparon el bazo, se le había roto en la caída".

"Generoso volvió entre los años 80 y 90 de Barcelona a Zamora y montó el bar Nápoli donde, gracias a su afición, empezó a poner las citas de los campeonatos de galgos, y se convirtió en uno de los impulsores de la afición galguera zamorana, que en pocos años incrementó el número de clubes participantes en la competición", recuerda Salamanca.

Efectivamente, el Bar Nápoli se convirtió en la sede de todos los galgueros zamoranos. Allí en la avenida Tres Cruces se celebraban y se siguen celebrando reuniones, tertulias, sorteos de competiciones, etc.

En tiempos en los que todavía no existía el internet, Generoso Martín sirvió de puntual informador a este periódico sobre las competiciones galgueras, y siempre estaba dispuesto a prestarse a los medios de comunicación para cualquier actividad relacionada con su gran pasión galguera.